El 11 de agosto y el 30 de septiembre de 2013, una joven sufrió dos agresiones y un robo a manos de un grupo de chicas, grupo en el que supuestamente se encontraban las dos jóvenes acusadas que ayer se sentaban en el banquillo y para las que la Fiscalía ha pedido hasta 4 años de prisión por un delito de robo con violencia. Sin embargo, la declaración de la propia denunciante sirvió para exculparlas, dado que negó rotundamente que ninguna de las acusadas hubiera estado implicada en las agresiones de hace 5 años. La defensa pidió la libre absolución de ambas y una de ellas manifestó su intención de denunciar a la joven que la acusó por daños y perjuicios, “por lo que me ha hecho pasar estos 5 años”, sentenció. El 11 de agosto de 2013, una joven -supuestamente una de las acusadas- se acercó a la denunciante, quien por entonces tenía 19 años, y, diciéndole “esto es un encargo”, le propinó sendos golpes y mordiscos, agarrándola del pelo y provocándole lesiones.
Semanas después, el 30 de septiembre de ese mismo año, la misma joven sufrió una segunda agresión a manos de un grupo de chicas -entre las cuales, supuestamente, se encontrarían las dos acusadas en el procedimiento cuyo juicio se celebraba ayer-, que le pegaron una paliza en las inmediaciones de la calle Explanada de Camellos (en los alrededores del Estadio Álvarez Claro), aprovechando también para arrebatarle, de un tirón, una cadena que llevaba al cuello en el momento del asalto.
Ambas acusadas, que en el momento de los hechos contaban con solo 19 años de edad, negaron siquiera conocer a la denunciante y aseguraron que, entre ellas, únicamente se conocían de vista.
Por ello, una de las acusadas declaró que ni siquiera sabía por qué la habían arrestado; “me dijeron que bajase a Comisaría, que fuera por mi bien, y allí me dijeron lo de la agresión y que me lo iba a comer y punto”, declaró.
La otra acusada, que reside en Egipto, negó toda implicación en las agresiones o el robo y quiso mostrar su indignación ante la sala expresando su intención de denunciar a la joven que la había acusado; “quiero denunciar por daños y perjuicios a esta niña, por todo lo que me ha hecho pasar estos 5 años”, concluyó la acusada, haciendo uso de su derecho a la última palabra y visiblemente nerviosa.
Exculpación
La denunciante prestó declaración, rechazando que ninguna de las dos acusadas hubiera estado implicada en las agresiones y el robo que sufrió hace 5 años.
“No son las chicas que me pegaron, no las reconozco […] las que me pegaron se parecían mucho, pero no tenían nada que ver, no son ellas”, sentenció.
El Ministerio Fiscal interesó para ambas la imposición de una pena de 720 euros de multa por un delito de lesiones, más una pena de prisión de 4 años por un delito de robo con violencia.
La defensa se limitó a pedir la libre absolución de ambas acusadas, en base a la declaración exculpatoria de la denunciante y principal testigo. Además, quiso precisar que la acusación inicial en contra de su defendida habría tenido lugar a raíz de unas amenazas vertidas a través de la cuenta de twitter de la joven, si bien dicha cuenta -durante el periodo en el que se realizaron las amenazas- se encontraba “secuestrada” (según sentencia judicial), por lo que la acusación fue producto de un mero malentendido.
