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Nota en libertad

Ruido y nueces

melillahoy.cibeles.net fotos 1365 Carlos entrena a

Se aproximan las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 y ya hay ruido mediático sobre temas que apenas interesan a los ciudadanos, por ejemplo, las disputas internas de los partidos políticos sobre nombres y puestos en las listas de candidatos; por ello, es bueno que los ciudadanos –contribuyentes- recordemos a los partidos políticos y a sus líderes qué necesitan los españoles y qué prioridades tenemos para que, desde sus respectivos enfoques los debatan en la campaña electoral.

De entrada cabe decir que a casi nadie interesa la reforma constitucional, ni si el Estado debe ser o no federal; por el contrario, sí preocupa la igualdad de los derechos y deberes de los españoles, cualquiera que sea su lugar de residencia, así como que se cierre el marco competencial autonómico y se fijen elementos estables y objetivos para la financiación autonómica.

Hay que extraer entre tanto ruido de fondo la letra de la música pues, en realidad, es muy fácil conocer lo que preocupa a los españoles leyendo los resultados de las sucesivas encuestas que realiza el CIS. Las preocupaciones de los ciudadanos se centran, básicamente, en dos áreas: el control y la gestión de las cuentas públicas (mecanismos de disciplina presupuestaria y para evitar la corrupción) y el crecimiento económico, para que se cree empleo y se reduzca el drama del paro que impacta, especialmente, sobre los jóvenes españoles (el empleo preocupa al 70% de la población). Además merecen ser atendidos materias que afectan a la calidad de nuestra democracia como: la independencia de la justicia, materia que incide directamente sobre la confianza de los españoles en el Estado de Derecho, o la transparencia y la verdad de los partidos políticos, o la buena gobernanza de las instituciones como garantía de la estabilidad política.

Un plan sobre estas materias es lo que muchos ciudadanos esperan: la regeneración democrática que influirá en el aumento de la autoestima nacional como estado democrático que busca la libertad y la justicia. En efecto, España es un gran país europeo y su población sabe encajar y superar los problemas, como está acreditando durante la larga crisis económica iniciada en 2007, pero merece una mejor gestión y control de las administraciones. Hay momentos en que se debe levantar el ánimo y la autoestima ciudadana y, junto a estas evidentes deficiencias hemos ver lo positivo; así, comprobamos que se ha iniciado la recuperación de la crisis económica con un crecimiento de más del 3% del PIB en 2015. Pero hay que continuar con reformas estructurales que han demostrado su eficacia, y, como dicen los mensajes que llegan de las instituciones de la UE, España debe seguir realizando reformas para incorporarnos a la carrera de la modernización económica, de la competencia y productividad.

Lamentablemente, en España tenemos otros dos problemas, de signo totalitario, que crean malestar e inquietud en la población y distraen energías de quienes ocupan el poder, son: el problema nacionalista –separatista- independentista catalán y el riesgo del sistema que crean los grupos antisistema radicales neocomunistas. Ninguno de los dos grupos aprecia España como país, ni a los españoles, y actúan para romper la convivencia democrática de la sociedad española y destruir la soberanía nacional y la esperanza de aproximarnos cada vez más a Europa, y a los principios de la UE: libertades individuales y económicas, alta formación personal y cultural, seguridad y bienestar. Los separatistas ni siquiera reconocen que en el hipotético caso de llegar a ser independientes, quedarían fuera de la Unión Europea, y los radicales neocomunistas tampoco reconocen que su objetivo utópico colectivista ya es un auténtico fracaso, vivido en la Europa del Este y que viven hoy Cuba y Venezuela.

Por ello, conviene que nos concentremos en los puntos importantes, lo que preocupa a los españoles y, para elevar nuestro ánimo, merece la pena recordar que desde que se aprobó la Constitución Española de 1978, la renta per capita se ha multiplicado por cinco: en 1980 era de 5.600 € y en 2014 de 25.500 €, que la economía española es la 5ª de Europa y la 13ª del mundo, y que el PIB ha pasado de 160.000 millones de Euros en 1980 a 1,06 billones de euros en 2014, es decir, seis veces y media mayor.

España ha cambiado mucho y para bien en los últimos 38 años. Cuando en 1975 comenzó la transición política hacia la democracia, por impulso del Rey Juan Carlos I, el objetivo era alcanzar la convivencia democrática con una Constitución para todos; ahí arrancó nuestra reciente democracia, de progreso y modernidad, llegando nuestro país a la integración en la Unión Europea en 1985 y en el euro en 2000. Lo conseguido ha sido enorme, debemos, reconocerlo, recordarlo y exhibir este éxito ante los grupos que quieren descarrilarnos.

CONCLUSIÓN: Los ciudadanos españoles debemos estar despiertos y ser activos en la defensa de la convivencia alcanzada en libertad y del nivel de bienestar social, exigiendo a nuestros gobernantes que deben ceder en sus intereses particulares, o de partido, a favor del interés general. Lo que, principalmente, necesitamos los españoles es la creación de empleo y modernas y eficientes instituciones democráticas. Debemos alertar a nuestra sociedad “confiada” para que no sea ilusa y se oponga a los que quieren imponer su dictadura nacionalista o sus ideas colectivistas fracasadas.

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