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Un golpe a la cultura de Melilla: La desaparición de las esculturas de Mustafa Arruf

Las obras que había repartidas por los lugares más emblemáticos de Melilla superaban la decena y Medio Ambiente debería restituirlas por su interés público

El tiempo del encuentro entre culturas se abrió con ocasión del V Centenario de la conquista de Melilla. La monumentalidad militarista y africanista dio paso a las nuevas formas del artista melillense Mustafa Arruf, con un tipo de monumentos que nunca se habían visto en la ciudad. Por primera vez a lo largo de la historia de la ciudad no se homenajeaban ni evocaban pasadas acciones bélicas. Dentro de ese nuevo concepto de monumentalidad fueron instaladas 10 esculturas en el Paseo Marítimo del escultor Mustafa Arruf, un artista con gran proyección internacional. La más emblemática, la que simbolizaba el encuentro de Culturas fue inaugurada en 1997, y está instalada en la plaza del Consejo de Europa, frente a Puerto Noray. Las esculturas de Arruf, todas con formas de mujer, que se fusionaban con otros símbolos, como medias lunas, mezclaban formas sinuosas con aristas de perfiles más abruptos. Con gran rapidez se asentaron en el entorno escogido para su instalación, frente al mar, y se hicieron miles de fotografías de las mismas, perfectamente integradas con el paisaje urbano y natural.

Estas esculturas fueron promocionadas en la etapa del regidor Ignacio Velázquez, allá por la década de 1990. Con su estrepitosa caída política, todo se vino abajo y el nuevo monumentalismo empezó su larga etapa de deterioro y abandono. De las 10 estatuas instaladas en el Paseo Marítimo una fue robada. La decisión de encargar las estatuas se tomó siendo Consejero Ernesto Rodríguez, y se instalaron a partir del año 2001.

Al estar todas ellas instaladas sobre pedestales y plintos metálicos, estaban sujetos, como cualquier otro material, a la acción erosiva de los elementos. Hay que decir que era el propio artista el que se encargaba del mantenimiento de las estatuas. En el año 2011, recién creado El Alminar, dimos cuenta de que Melilla carecía de un concepto de monumentalidad, y de que la única existente y digna de mantenerse empezaba a mostrar claros signos de deterioro, e incluso de abandono, esto es, todos los monumentos de Mustafa Arruf.

Las estatuas del Paseo Marítimo estaban desapareciendo, hasta su total inexistencia actual. La última existente, el torso de una mujer desnuda instalado entre el Casino Militar y el antiguo Banco de España, fue retirada en el mes de mayo.

En manos de Quevedo
Las esculturas fueron retiradas por orden de la Consejería de Medio Ambiente, que dirige Manuel Ángel Quevedo, área que debería ser la responsable de restituir las estatuas a sus lugares correspondientes. A la par que esto sucedía, empezaba a surgir la nueva monumentalidad, con un regreso del monumento africanista y militarista (legionario con bayoneta y Héroes de Taxdirt), y la aparición del gigantismo (el cíclope Crono y el aviador). También se han instalado otra serie de estatuas sin demasiada relevancia social o cultural. Todo esto será analizado de modo específico. La purga artística de Mustafa Arruf ya es un hecho claro e incontestable. El nuevo orden político instalado en la ciudad exige y crea una nueva monumentalidad, muy excluyente y más vinculada a un determinado tipo de pasado, que con intención de crear un futuro común monumental.

Todas las esculturas de Mustafa Arruf del Paseo Marítimo tenían un mismo concepto, altamente simbólico y desarrollaban una evolución de formas, con una estética muy específica y de gran belleza en algunos casos. La que estaba instalada junto al Casino Militar tiene dos reproducciones, una en Madrid y otra en Noruega. La voz de alarma fue lanzada desde La Otra Melilla, aunque ya estábamos sobre la misma pista.

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