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“Atrapada” en Melilla, solicita algún tipo de ayuda social para sacar adelante a su familia

Los tres hijos de Carolina sentados en un banco del centro y en la foto pequeña la madre de los pequeños

Carolina vino de Valencia con sus dos hijos hace 5 años, ahora tiene 3 niños y, desde que vino “engañada” por una falsa oferta laboral, no ha conseguido encontrar un trabajo estable y su situación ha empeorado hasta el límite de que los servicios sociales de protección del menor la han “amenazado” con llevar a sus hijos “a la Gota de Leche” si no resuelve sus dificultades económicas. Carolina afirma haber tratado de recibir algún tipo de ayuda de las administraciones, pero no ha obtenido más que negativas y está indignada al ver que “se pone por delante de los españoles a gente que no es de aquí”. Carolina llegó a Melilla hace cinco años desde Valencia con sus sus hijos de 5 y 8 años -en Melilla tuvo a su tercer hijo- presiguiendo la promesa de una oferta laboral que nunca terminó de llegar -”me estafaron”- y quedándose “atrapada” en la ciudad, de la que ya no quiere irse por “el cambio que supondría para los niños, que ya tienen su vida aquí; están escolarizados, tienen su médico…”. Durante estos cinco años Carolina, que es la única responsable de la manutención de sus hijos y no cuenta con familiares en los que apoyarse, no ha tenido un trabajo estable, y ha ido sobreviviendo a duras penas, trabajando “en lo que podía”, como friegaplatos, de camarera o limpiadora, y cuidando ancianos.

Debido a su delicada situación, esta madre lleva ya tiempo llamando a las puertas de los principales proveedores de ayuda social de la ciudad, de entre los que señala Cáritas, “que está siempre cerrado” y la consejería de Bienestar Social del Barrio de la Victoria, donde “no me ponen más que problemas y me han llegado a decir que me pagan un billete de barco para que me vaya a Almería y desaparezca”.

Carolina denuncia haber ido “rebotando” entre administraciones que no le ofrecen más que negativas, principalmente por no haber cumplido con el mínimo de años empadronada en la ciudad: “son todo problemas, yo no pediría nada si tuviese trabajo”, a lo que añade una queja fruto de la indignación por la falta de apoyo, “no soy racista ni nada, pero aquí se le dan más ayudas al que viene con permiso de residencia que a los españoles, y eso no debería ser así”.

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Redacción

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