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El Candil

Reacio a la crítica

Pero quién es aquél que se inhibe de tal placer. Que sería para ellas el no poder dar una crítica "cariñosa" de las muchas virtudes de la criticada o los muchos defectos del criticado, sobre todo en ese petit comité, que con la boca pequeña hace tanto bien al aconsejado, o ese otro susurro a la oreja del oyente él que se contorsiona solo de escuchar tan satírica información disfrutando con el placer de su satisfacción, según sea su amistad con la o el interfecto en el curso de la crítica. A mí, no me gusta la crítica…, y no me gusta por aquello de "el que escupe al cielo en la cara le cae", otra cosa es el que se somete a los hechos políticos, no lo confundamos con lo personal si no roza la situación adjetiva que contravenga cierta moral calificativa, de cualquier manera debemos de fijarnos en la constructiva esa con la que se disfruta escuchando y más si eres tú el que con lengua bífida "predicas" ¡perdón!, quise decir cuchicheas. No quiere decir que digamos con "segundas" (algo que a mí personalmente no me gusta) aquello que "entiendes" tú, no está nada claro; es como aquella frase de "difama que algo queda", que por más que luego uno quiera borrar, la huella queda grabada.

Claro que, ante todo tenemos el flujo ese salivar que nos hace saborear ¡con toda nuestra mala leche!, el venenillo soltado, sin darnos cuenta de que el veneno de otros Rufián-es nos están tocando las glándulas, precisamente, salivares; claro que como políticos ellos ya saben que es saliva en balde, solo les sirve para rellenar el espectáculo agujereado al que nos someten progresivamente los que están inadaptados al saber estar, intentando denigrar la personalidad y maneras de un Senado o Congreso de Diputados, a los que se debe una formalidad o seriedad, la que a la vista de los demás hace que sea tomada en serio tal actividad, y no que, entre cartelito, camiseta, beso sexual y suelta de teta y niño mamando, a la vista todo ello, quiere denigrar a la institución monárquica y a la política esa que les ha dado el paso a las instituciones de representatividad del pueblo. Y es que el pueblo siempre pierde.

Entre nosotros, no me hagan caso, es un cotilleo…. banal.

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