Uno de los objetivos previstos por la consejera de Cultura, Fadela Mohatar, para este primer trimestre del año es recuperar para la ciudad aquellos actores melillenses que desarrollan su trayectoria artística en diversas capitales peninsulares y que despuntan tanto en Madrid como son los casos de Fran Antón, Alejandra Nogales o Antonio Ferre o en Málaga como es el caso de Ceres Machado . Será por tanto en estos primeros meses del año cuando estos actores que ya se han abierto camino en determinados ámbitos teatrales cuando Cultura los incorpore en sus programación local.
De hecho, Fadela Mohatar, próximamente dará a conocer las fechas concretas en las que actuarán en Melilla aunque ya adelantó a MELILLA HOY algunas de las obras que traerán a la ciudad
“Qué bello es morir” es la obra en la que Fran Antón tiene el protagonismo junto a Josele Román y Beatriz Rico.
Qué Bello Es Morir" es algo más que una función de teatro, algo más que una simple comedia: siete historias en las que se trata el tema de la muerte desde diferentes situaciones y puntos de vista: desde una huérfana en crisis existencial a la que se le aparece su fallecida madre para darle consejos y explicarle que en el infierno "no se vive tan mal", hasta un caótico velatorio donde nada es lo que parece y se descubren inconfesables secretos del fallecido pasando por la sorpresa cuando uno descubre que, en el más allá, no sólo te encuentras con tus seres queridos, sino que tienes que rellenar papeles de ingreso al cielo y trabajar. O una familia en la que no acaban de decidir si la abuela está realmente muerta o finge.
Siempre pasado por el filtro del humor, a veces contundente, otras surrealista y absurdo de grandes autores como Antonia San Juan, Félix Sabroso, Màxim Huerta o Fernando J. López.
Bajo la dirección de Esperanza Lemos y con un ritmo trepidante, los actores nos muestran que la muerte hay que tomársela también con sentido del humor, por inevitable y porque siempre la tenemos presente aunque no se nombre. Que de la muerte también hay que saber reírse para, sin frivolizar, quitarle el tabú y ese velo de oscuridad y miedo que parece acompañarla.
Los autores han decidido que la mejor terapia es desmitificar la muerte mediante la comedia, mostrando con absoluta normalidad y humor cómo es la vida en el más allá, dando por sentado que ese más allá existe, y que es más divertido y llevadero que nuestra imperfecta vida terrenal.
Situaciones absurdas, increíbles, alocadas, todas ellas cómicas que mantienen durante 95 minutos la risa constante en el espectador, con sorpresa musical al final como despedida. Al fin y al cabo, lo que pretendemos conseguir es no sólo demostrar "qué bello es morir", sino que también se puede morir… ¡de risa!.
