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El Supremo ratifica la condena a un militar por abusar sexualmente de su hijastra

El Supremo ratifica la condena de la Audiencia Provincial, que tras el juicio, celebrado en febrero del año pasado a puerta cerrada, condenó a F.M. a 13 años y seis meses de prisión

La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha desestimado el recurso de casación presentado por F.M., un hombre, militar de profesión, que había sido condenado a 13 años y seis meses de prisión por un delito continuado de abusos sexuales a una menor, hija de la mujer con la que convivía y tenía una relación de pareja. La sentencia, a la que ha tenido acceso MELILLA HOY, ratifica de esta forma el auto emitido hace más de nueve meses por la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Málaga, con sede permanente en Melilla, e impone al condenado las costas que ha ocasionado su recurso de casación.

F.M. había ejercido su derecho a recurrir la sentencia condenatoria por quebrantamiento de forma, infracción de ley e infracción de precepto constitucional, razones todas ellas que han sido desestimadas por el Tribunal Supremo en una extensa sentencia de 42 folios.
La sentencia, emitida por los componentes de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, bajo la presidencia del primero de Miguel Colmenero Menéndez de Luarca y la ponencia de Juan Ramón Berdugo Gómez de la Torre, “llega al convencimiento de la autoría del recurrente en relación con los hechos de que fue víctima” la menor.
Para ello, se basa en el testimonio de esta menor en relación con el informe pericial de los psicólogos del servicio de apoyo de los juzgados y las restantes pruebas practicadas “que vienen a reforzar la declaración de la víctima”.
Además, “el acceso del acusado con la menor en condiciones de clandestinidad se revela como posible” y “la exhibición por el acusado a la niña de películas pornográficas en un ordenador portátil mientras abusaba de ella aparece corroborado por la intervención en su poder de este tipo de películas”.
Y aunque el Supremo apunta que la sentencia de la Audiencia Provincial “reconoce que en ocasiones se observan ciertos vacíos y una actitud reacia a narrar lo sucedido”, también comparte su tesis de que “las contradicciones, retractaciones o correcciones en los testimonios prestados no invalidan su fuerza probatoria”.
Con esta sentencia, el Supremo ratifica la condena de la Audiencia Provincial, que tras el juicio, celebrado en febrero del año pasado a puerta cerrada, condenó a F.M. a 13 años y seis meses de prisión por un delito continuado de abusos sexuales a una menor, aplicando la agravante de prevalimiento, porque el condenado se aprovechó de su situación de superioridad, confianza o potestad con respecto de la víctima.
Además, condenó a F.M. a penas accesorias de inhabilitación absoluta durante el tiempo de condena, prohibición durante 17 años y 6 meses de acercarse a la menor a menos de 500 metros e imposición de la libertad vigilada durante 5 años cuando salga de prisión, con obligación de asistir a cursos de reeducación sexual.
El tribunal estableció también una indemnización de 40.000 euros a la víctima por los daños morales y psicológicos causados, más el pago de costas, incluidas las de la acusación particular.
La sentencia del Tribunal Supremo desestimando el recurso de casación es firme y contra ella se podrá interponer un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional en un plazo de 30 días desde la notificación.

Abusó de la menor durante tres años desde que tenía siete

La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Málaga, con sede permanente en Melilla, consideró probado que el hombre abusaba de la menor cuando la madre estaba fuera de casa o dormida profundamente, ya que tomaba medicinas contra la depresión.
El hombre instaba a la menor a que no dijera nada porque por su condición de militar tenía una pistola, además de una catana.
La chica, que requirió tratamiento psicológico por ansiedad, tenía 7 años cuando se inician los abusos en 2010, de los que no alertó hasta tres años más tarde al contárselos a una amiga, cuyo padre se lo hizo saber a la madre de la chica.
Tras la revelación de la niña, el acusado pasó mes y medio en prisión hasta que pagó una fianza de 6.000 euros, además de haber estado seis meses suspendido de empleo y sueldo antes de recuperar su trabajo, en el que fue ascendido en el escalafón militar.

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Redacción

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