El pasado jueves día 22 entramos mi esposa y yo en un establecimiento situado en lo que llamamos Cuatro Caminos y al acercarme al mostrador había una mujer joven que le estaba diciendo al dependiente que la despachara pronto porque quería irse a su casa lo antes posible ya que había visto merodeando por los alrededores a un grupo de MENAS (menores extranjeros no acompañados), y estaba asustada. Le comentó que llevaba en el bolso un espray de pimienta que había comprado en una Armería de Málaga por si era atracada, aunque no sabía si sería capaz de usarlo por el nerviosismo, llegado el caso.
Una vez terminamos en ese establecimiento cogimos el coche que teníamos en la puerta y nos dirigimos al Centro, aparcando en la calle O´Donnell. Eran las 8,20 de la tarde y no había nadie por las calles, entramos en un comercio de ventas de zapatos donde habían dos dependientas jóvenes para atender a una clientela inexistente. Nos atendió una de ellas e hicimos nuestra compra y al salir, nos comentó la otra joven dependienta que, estaba deseando que llegara la hora del cierre por que había visto pasar un grupo de Menas que la habían puesto muy nerviosa.
Apresurándonos cogimos el coche, y circulando hacia casa me vino al recuerdo lo que en la Cadena Cope denunciaba un par de días antes un representante sindical de la Policía Nacional sobre la falta de efectivos de esa policía para vigilar las calles porque tenían que estar en los controles de los pasos fronterizos. Él se refería a la Policía Nacional, pero es que tampoco vemos en las calles a la Policía Local vigilando y deteniendo a estos menores que campan a sus anchas, asaltando y robando a los viandantes que en muchas ocasiones sufren hasta lesiones. He visto en ocasiones una pareja de agentes locales recorriendo la Avenida de Juan Carlos I, pero ausentes en el resto de calles de nuestra Ciudad.
Me temo que esa soledad en las calles que venimos viendo, es motivada en gran parte al miedo que los melillenses tenemos de enfrentarnos con esos menores que por su situación de menor, no nos permiten defendernos como lo haríamos con asaltantes mayores de edad. Parece demostrado que los ciudadanos cuando empieza anochecer se quitan de las calles por que se corre un riesgo muy alto y en especial las personas mayores, de ser atracados, no sólo por ser de noche porque llevan a cabo esos atracos a cualquier hora del día, pero son en esas horas cuando estos delincuentes tienen más facilidades para cometer sus fechorías dado la ausencia de personas en las calles y la falta de vigilancia que lo evite.
Le pido a las Autoridades de Melilla que una de las preferencias que tengan que llevar a cabo sea la seguridad de las personas, porque se está creando una psicosis entre la población que se siente abandonada, y no entiende que se permita esa impunidad a estos menores. Las personas que han tenido la desgracia de ser atracadas, tienen un estado permanente de estrés emocional que le causa depresiones constantes. Esto tiene que acabarse y son nuestros gobernantes los que están obligados hacerlo, ampliando si es necesario las plantillas de vigilancia para que podamos encontrarnos con un mínimo de seguridad de la que actualmente carecemos.
