Ayer concluyó el juicio abierto contra una pareja que, el pasado 23 de diciembre, consiguió “colar” a una menor (su hija) por el paso de Beni Enzar tras forcejear con el agente de Policía Nacional que pretendía devolverla a territorio marroquí por carecer de la documentación pertinente. El juicio había quedado en suspenso a la espera del visionado de las grabaciones de las cámaras de seguridad del paso fronterizo, grabaciones que motivaron a los acusados a abandonar su intento de defensa y aceptar el reconocimiento de los hechos a cambio de una rebaja de pena, que finalmente quedó en tres penas de multa, por valor total de 3.240 euros, para cada uno de los acusados, por un delito contra los ciudadanos extranjeros, uno de desobediencia y otro de resistencia. Ayer concluía, en el juzgado de lo penal número 1, el juicio contra una pareja por provocar un altercado en la frontera, procedimiento que había quedado en suspenso hasta poder realizarse el visionado de las cámaras de vídeo del puesto fronterizo de Beni Enzar. Según la descripción de los hechos, a las 21:30h del día 23 de diciembre del pasado 2017 un matrimonio y su hija menor -de 17 años- se dirigían en su vehículo al punto de control de la policía española en el puesto fronterizo de Beni Enzar, con intención de acceder a Melilla, cuando el agente del control les dio el alto y les solicitó la documentación.
El hombre, de origen marroquí y nacionalidad española, presentó su DNI; la mujer, que conducía el vehículo, presentó su pasaporte, al igual que la menor. El agente decidió no permitir el acceso de la menor a la ciudad, situación ante la que la pareja reaccionó aparentemente desistiendo en su empeño, aunque un rato más tarde les “cazaron” consiguiendo introducir a la menor por el acceso peatonal. El agente salió a su encuentro, dándoles el alto, y la joven reaccionó tratando de escapar a la carrera. El agente la interceptó, “agarrándola del brazo” y llevándola de vuelta al puesto fronterizo, momento en el que su madre y su padrastro se “abalanzaron” sobre el agente, forcejeando con él, provocando que soltase a la joven e instigándola a salir huyendo de nuevo. La joven, de hecho, salió corriendo y consiguió huir, entrando ilegalmente en Melilla.
Durante el forcejeo, el agente declaró que la mujer fue extremadamente agresiva y que trató de morderle en dos ocasiones, llegando a “marcarle” con los dientes la segunda vez.
Conformidad
La Fiscalía pedía para cada uno de ellos una pena de un total de 20 meses de prisión: 8 meses de cárcel por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros (por introducir ilegalmente a la menor en Melilla) y un año por un delito de atentado (por agredir al agente). Además, solicitó una multa de 1.800 euros por un delito de desobediencia a la autoridad.
A raíz del reconocimiento por parte de los acusados de su participación delictiva en los hechos que se les imputaban, el Ministerio Fiscal llegó a una conformidad mediante la cual modificaba sus peticiones, reduciéndolas sustancialmente.
En definitiva, el Ministerio Público solicitó la imposición, para cada uno de los dos acusados, de tres penas de multa por valor de 1.080 euros -seis meses a razón de seis euros diarios- cada una de ellas (un total de 3.240 euros), por un delito contra los ciudadanos extranjeros, un delito de desobediencia y un delito de resistencia a la autoridad.
Tras condenar a los acusados, el juez recordó al hombre que, por el hecho de contar con antecedentes penales, la no satisfacción de cualquiera de los plazos de la multa implicaría su ingreso directo en prisión.
Tras la celebración de la primera vista, en la que la pareja trató de defenderse, el visionado de las cámaras les hizo decantarse por la aceptación de su responsabilidad criminal.
