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El caos de Farhana impide recoger a los niños del Buen Consejo y el Constitución

Desde que las autoridades decidieron trasvasar el “comercio atípico” rodado al puesto fronterizo de Farhana, los porteadores han ido apoderándose de cada vez más espacio en las vías que lo rodean (circunvalación y carretera de Farhana), hasta el punto en que han provocado un colapso de tráfico del que nadie parece responsabilizarse y que dificulta e incluso imposibilita que padres y madres puedan acceder a los colegios de la zona, resultando especialmente afectado el colegio del Buen Consejo. El gran número de vehículos, sumado a las malas prácticas de los porteadores, ha convertido la zona en un campo de batalla. Desde que la Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma decidieron trasladar todo el contrabando rodado al paso fronterizo de Farhana, padres y madres de los colegios ubicados en la carretera del mismo nombre (CEIP Constitución y, especialmente, Nuestra Señora del Buen Consejo) ven como día tras día la cola de contrabandistas es más larga, hasta el punto en que la carretera se colapsa por completo, impidiendo que dichos padres y madres puedan recoger a sus hijos del colegio.
Si bien las condiciones de tráfico en hora punta en la carretera de Farhana nunca han sido ideales, desde que se realizó el trasvase del comercio, el lugar se ha ido convirtiendo cada vez más en un campo de batalla; la situación ha llegado hasta el punto en que ya ha habido incluso enfrentamientos entre porteadores y padres, fruto de la tensión.

Improvisación
Los porteadores comenzaron colapsando la circunvalación (vía a la que los melillenses han renunciado resignados, dado que las colas alcanzan los Pinos) y, ante la pasividad e incluso la connivencia de las autoridades -que redirigieron la actividad comercial a Farhana a sabiendas de que la zona no contaba con las infraestructuras adecuadas- han acabado por apropiarse también de la carretera que sirve como única vía de acceso al Buen Consejo: los contrabandistas aparcan en la misma rotonda, se bajan de los coches, ponen piedras y neumáticos en la carretera para “guardar el sitio” y cometen imprudencias que, teniendo en cuenta que hablamos de un colegio, podrían acabar derivando en una desgracia.
Algunos padres y madres afirman haber tenido que dejar los coches aparcados en las 400 para tener que ir a pie a por los niños e insisten en que la situación es “vergonzosa”, por lo que instan a la Ciudad Autónoma a ponerle solución “de inmediato”.
Para muchos, hasta ahora el resultado de la nueva política fronteriza ha sido sencillamente que los melillenses, que poco o nada tienen que ver con el contrabando, estén pagando los platos rotos de la improvisación de los políticos locales.

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Fernando Lamas Moreno

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