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El candil

Entre guisantes…

He de decirles que para hablar de guisantes he tenido que hacer prácticas y en consecuencia manualidades no exentas de intelectualidad. En la vida, no es sólo ser machista, también se debe de ser un hombre de su casa y reconocer que el apoyo a la mujer se debe de dar siempre, más aún cuando la hormona masculina (andrógeno) está para promulgar valores eternos del hombre, a su servicio; y aquí entran desde la testosterona a la androsterona pasado por la androstenediona. Lo cual implica que tan malo puede ser mucha testosterona, como poca; en lo primero nos mostramos muy machotes en todo, claro que el problema puede ser, "salida de picos pardos", fatigar a tu mujer en exceso o ser proclive a un cáncer de próstata con inflamación excesiva de ésta. En el segundo caso tenemos decaimiento, pérdida de vello, falta de rendimiento sexual, y en consecuencia el aburrimiento femenino, con lo que o te espabilas o vas al albero a torear. Siempre habrá que considerar los hechos y causas según la edad. Puede ocurrir también que, ahora que se usan muchos los opiáceos y marías y no precisamente del altar, se alcance la andropausia antes de tiempo ¿y qué ocurrirá?… piensen.

Yo, por si acaso, me brindo a todo ejercicio y muestras de servicio, me es igual el de corredor de bolsa, que el de boy o jeffry, freganchin de platos, que me usen de gigoló o de desgranador. En este último servicio, que no sé por qué nunca me había ejercitado, he tenido mi experiencia octogenaria y que no ha sido otra que el averiguar lo apañado que soy, más aún ahora que la patronal ésa, propone la jubilación a los 75 años; hay gentes que tienen una madre santa pero ellos son hijos… extraños a la misma; pues bien, resulta que soy un desgranador de guisantes de primera y con estilo intelectual y práctico que, no hay teórica sin practica ni practica sin teórica, dos kilos de guisantes brutos en una hora ¡pero además! He convertido a mi pulgar izquierdo (el que peor está) en un verdadero bisturí que, rasga la vaina por su ¿cutícula? de abajo hacia arriba como un primor de ejercicio, y al mismo tiempo en movimiento descendente barría los granos al taper; en una palabra, ya no me moriré de hambre en caso que la PATRONAL se salga con la suya ¡como diría Trillo!…

Luego viene la tercera parte, el chorizo escondido con cara de no romper un plato, el tendero; pues bien, que peso los guisantes y me da una carga de 758 gramos limpios, el recipiente una tara de 184 gmos y los ripios o cáscaras 1266, con lo cual resulta que si me han puesto 2.350 gmos, resulta que 142 gmos ha sido de humedades…

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