En las dos últimas semanas, el Ministro de Educación ha sido protagonista de escenas que han provocado una retahíla de afirmaciones, interrogantes o sarcasmos dignos de Gómez de la Serna. Las greguerías que el autor madrileño recopiló en tres obras desde comienzos del siglo XX eran pensamientos en forma de aforismos, irónicos y mordaces, en una sola oración. Hoy, son tuits, y el Sr. Méndez de Vigo ha desatado, en Melilla y a nivel nacional, una buena colección de ellos.
Como docente, diputado de C's en la Asamblea y melillense preocupado por su ciudad, también contribuiré, con su permiso, al debate con unas greguerías propias. Ahí va la primera: "¿Además de a la sardina, el ministro vino a enterrar la educación en Melilla?"
Imagínense que se sienten mal, muy mal, van a una consulta médica y el doctor no les pregunta por sus síntomas; tan sólo les dedica una mirada fugaz, lo comenta a sus espaldas con el/la DUE, con el administrativo y con el personal de la limpieza y cuando regresa, les dice únicamente: "usted no se preocupe, que yo estoy en ello". ¿Cómo se sentirían?".
Ese médico fue el ministro de Educación en su visita a Melilla. Viendo que no trajo ningún plan de actuaciones urgentes, ninguna planificación a medio y largo plazo, ninguna estrategia, lo que que sólo nos queda pensar que vino a dar la extremaunción a un moribundo sistema educativo cuya degeneración viene certificando, año tras año, el informe "Cifras y Datos" publicado por el MECD.
Lo que sí está confirmado indubitadamente es que el ministro vino a Melilla de fiesta. Pero para disimular, no fuese a ser muy escandaloso, prepararon una reunión, una rueda de prensa y un par de promesas de cajón de sastre.
"Una reunión sobre educación donde más de la mitad no sabe de educación es un cónclave con más ateos que cardenales". Esta segunda greguería me la inspira el hecho de que Méndez de Vigo, en calidad de ministro, viniera a Melilla y no se reuniera con aquellos que viven día a día los graves problemas educativos de la Ciudad, ya sea la Junta de Personal, FAMPA, directores de centros, y sí lo hiciera con consejeros que poco o nada tienen que aportar. Por no estar, no estaba ni el Presidente Imbroda, más preocupado en "dar caña a los de Ciudadanos" que en uno de los problemas más graves de Melilla, ni el Delegado del Gobierno, eterno ausente en todas las dificultades de esta ciudad.
El asunto lingüístico en Cataluña debe tener absorbido al ministro. Salió de Melilla con palabras -"estamos trabajando en ello"- que recuerdan a un texano José María Aznar y un anuncio: "velaré porque en los PGE de 2018 haya una partida para hablar de ese pabellón polideportivo". Sí, para hablar. Palabras, palabras.
Pero, para promesas, las del Director Provincial del MECD en Melilla. Cada comparecencia suya es una fecha nueva. Retrasada, por supuesto. Según Calzado, las 12 aulas modulares, de las cuales aún no se ha instalado ni una, estarán listas para septiembre.
Sinceramente, nada me alegría más, que otro espacio educativo, aunque sean barracones, y que no hubiese más padres obligados a escolarizar a sus hijos en centros lejanos, o bien a quedárselos en casa. Pero, con la experiencia de los errores cometidos, ¿debemos creer al señor Calzado cuando anuncia las aulas para septiembre teniendo en cuenta que los plazos administrativos hacen materialmente imposible la inauguración septiembre?
La respuesta no es muy halagüeña. Pero ya les adelanto la razón que esgrimirán Calzado y el Partido Popular: los Presupuestos Generales del Estado. Unos PGE que no se aprobarán si el Gobierno de Rajoy no se compromete (y firma) con la equiparación salarial, cesa a la senadora Barreiro, imputada, y empieza a cumplir lo pactado en 2016. A pesar de ello, verán como la culpa es de la oposición.
Estoy convencido de que Melilla tiene futuro, pero hasta que nuestros gobernantes no comprendan que el futuro pasa inevitablemente por un sistema educativo fuerte y eficiente, y no de la próxima cita electoral, no habrá nada que hacer. Desde Ciudadanos hemos iniciado contactos con docentes, directivos, padres, alumnos y miembros de la comunidad educativa para dar soluciones reales a problemas reales, con ideas y propuestas individuales que pondremos en práctica a partir de 2019, cuando se complete el cambio de ciclo político que se avecina.
Mientras, algunos encontrarán consuelo en ese "estamos trabajando en ello…" del ministro que a mí, particularmente, me inspira una última greguería: "Cuando un político dice 'estamos trabajando en ello', en realidad está diciendo 'oiga, a mi déjeme en paz que yo soy diputado por Almería'".
