Melilla se sumará a la huelga del 8 de marzo contra la brecha salarial que sufren las mujeres trabajadoras respecto a los hombres con una concentración que, si bien no tiene aún definida la hora y el lugar, muy probablemente será a las cinco y media de la tarde en la Plaza Menéndez Pelayo. Esta protesta está convocada por los sindicatos UGT y CCOO, aunque ya se están sumando otras entidades y partidos políticos. Según explicó ayer la vicesecretaria general de UGT Melilla, Concha López Carrillo, PSOE, Podemos y SATE-STEs ya han confirmado su adhesión a esta concentración con la que se pretende exigir que se ponga fin a las diferencias retributivas que hay entre hombres y mujeres por una mera cuestión de género.
“Estamos en el siglo XXI y es inconcebible que estemos con esto”, aseveró López Carrillo tras hacer un repaso de las principales conclusiones de un informe elaborado por su sindicato, basado en datos del INE de 2015. Ayer, cuando se conmemoraba el Día Internacional de la Igualdad Salarial, la número 2 de UGT en Melilla puso sobre la mesa los datos que revelan que en España se está muy lejos de cumplir con esa premisa.
De acuerdo con esos datos, la brecha salarial en España en 2015 era del 22,86%, lo que supone que los 7 millones de mujeres trabajadoras que hay en nuestro país cobran una media de 6.000 euros anuales menos que los hombres. Esta brecha ha bajado dos puntos respecto a 2013, pero según apuntó López Carrillo, todavía se encuentra en unos “niveles altísimos” respecto a la situación que había antes de la crisis, sobre todo comparado con la situación del resto de Europa.
Para que las mujeres cobren igual que los hombres, deben trabajar 54 días más. Si además se tienen en cuenta todas las tareas domésticas y familiares a as que hacen frente las mujeres, la cifra se dispara hasta los 91 días.
Este “desfase”, tal y como apuntó López Carrillo, se debe al “carácter sexista” de los salarios en España, así como la “concepción patriarcal” del mercado de trabajo. En definitiva, se mantienen las “condiciones desventajosas” con las que las mujeres se incorporaron al mercado laboral en los años 60 para compatibilizar el trabajo con las obligaciones derivadas de la familia. Entre ellas, los contratos a media jornada, las mayores dificultades para acceder a los puestos de responsabilidad y la falta de corresponsabilidad en el hogar.
“Seguimos estando afectadas por ese desprestigio del trabajo que se dio en los años 60 por una mentalidad bastante retrógrada sobre las mujeres y que se ha seguido manteniendo en muchos aspectos”, aseveró López Carrillo. No en vano, cerca del 70% de las mujeres trabajadoras solo cobran el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y el 55% de las que trabajan por cuenta ajena no llegan ni a los mil euros.
Reivindicaciones
Esta situación, a la hora de la jubilación, pasa factura con unas pensiones para las mujeres que son “de auténtica miseria”. Por todo ello, UGT reivindica que se incluya “el concepto de trabajo de igual valor” y se trasladen las normativas que la Comisión Europea impulsa sobre las diferencias salariales en Europea.
También reclama la derogación de la reforma laboral, ya que es “uno de los medios con los que se mantiene esta discriminación salarial” al promover una pérdida de fuerza de los sindicatos, que ven imposible “hacer buenas negociaciones salariales”. Exige que se cumpla el artículo 20 de la Ley de Igualdad y que las estadísticas salariales incluyan más variables para hacer un análisis más exhaustivo de los salarios reales que perciben los hombres y las mujeres y sus diferencias.
