Hay imágenes que hablan por sí solas y que avergüenzan, a los que les queden aún algo de vergüenza, un mínimo de compromiso, un grito ahogado en la garganta, un…¿qué?. ¿Qué nos queda a la Especie Humana si aún somos Especie, y sobre todo, Humana?
¿Dónde estamos? ¿Qué somos?
¡SOMOS CULTIVO DE EGOÍSMO, SOMOS LA ANTIHUMANIDAD!
Los animales se protegen, luchan y pelean por mantener la especie, forman una piña ante la vida, conservan sus espacios… EL HOMBRE, el más animal de todos, termina pronto tirando por la borda su sensatez.
La paz no puede ser una realidad mientras no desaparezcan los llamados tercer y cuarto mundos, con sus problemas económicos, socio-sanitarios, educacionales, políticos, etc. Para todo el que nace hay una verdadera «lotería geográfica» por la diferencia de su presente y futuro según el lugar del nacimiento. El hambre no es una fatalidad, a la que parte de la humanidad está predeterminada, ES UNA INJUSTICIA. En un mundo donde la producción agrícola podría ser suficiente para alimentar al doble de la población mundial, el número de personas que pasa hambre se ha cifrado en torno a los 870 millones de personas.
Las causas que lo originan son numerosas y complejas: políticas comerciales injustas, pobreza, falta de acceso a agua potable, discriminación de la mujer, desastres naturales, violencia y conflictos bélicos, pandemias, etc. Vemos cómo la mayoría entre ellas forman un círculo vicioso muy difícil de romper. El hambre existe por: los gastos en armamento, conquistas espaciales y un consumismo exagerado, casi superfluo, en vez de prestar ayuda a los que tratan de salir del subdesarrollo.
La HIPOALIMENTACIÓN Y LA MALNUTRICIÓN proteico-calórica que produce el hambre constituyen un problema básico y una lacra de extensas zonas de nuestra Tierra, por lo que hay que considerar al hambre como una verdadera ENFERMEDAD SOCIAL, con una elevada mortalidad en edades tempranas y numerosas invalideces en aquellos casos que pudieron seguir viviendo. Estas enfermedades son muy variadas, mortales o limitantes, como la Caquexia por desnutrición, Malnutrición proteico-calórica, Anemias (ferropénicas y megaloblásticas), Bocio endémico, Caries dental, Xeroftalmía, Arriboflavinosis, Raquitismo, Escorbuto, Beriberi, Pelagra y muchas más.
Según la FAO la desnutrición infantil provoca la muerte a 2,5 millones de niños cada año. Así mismo informa que en el mundo 1.300 millones de Toneladas de alimentos van a la basura cada año (el 33 % de la producción mundial de alimentos). Cada año entre un 30 % y un 50 % de alimentos sanos y comestibles se convierte en residuos. La Comisión Europea estima que en Europa se desperdician 89 millones de Toneladas anuales de alimentos lo que significa 179 kilos por habitante.
Un informe de EFE AGRO señala que España tira a la basura 7,7 millones de Toneladas de alimentos cada año y es el sexto país que más comida desperdicia de Europa tras Alemania, Holanda, Francia, Polonia e Italia. ¡VIVA LA PEPA!
Según FESBAL ( Federación Española de Bancos de Alimentos) más de 50.000 Toneladas de comida fresca de los Supermercados acaban cada año en la basura porque Sanidad prohíbe que se done a personas sin recursos y a comedores sociales por falta de garantías y medios para su conservación. Solo con los productos frescos de los Supermercados que son desechados anualmente se podrían alimentar 43.000 familias de cuatro miembros durante todo un año.
Es como para echarse a llorar por la falta de solidaridad entre humanos. Y nos meteremos todos, individual y colectivamente, por ciudades y por países, por continentes y por hemisferios. El toro del hambre hay que cogerlo por los cuernos, desde el primero hasta el último, con conciencia del drama que tiene gran parte de la humanidad, pero también por el asqueroso drama que es poder solucionarlo y mirar para otro lado y me refiero a todos y cada uno de los que conformamos el mundo desarrollado.
Y digo yo y me pregunto:
¡Y esto a quién le importa de verdad!
¡ESTO NO LE IMPORTA A NADIE!, PORQUE SI NOS IMPORTARA YA ESTARÍA SOLUCIONADO, O EN VÍAS DE SOLUCIÓN.
