El 9 de mayo, a última hora de la tarde, dos conductores “picados” que circulaban a más de 90 kilómetros por hora por la carretera de Rostrogordo (limitada a 20 por obras) tuvieron un grave accidente -como consecuencia de un intento de adelantamiento- que acabó con uno de los vehículos volcado tras dar varias vueltas de campana y con uno de los copilotos teniendo que ser extraído del coche por los bomberos. Ambos conductores reconocieron los hechos, por lo que la Fiscalía pidió para ellos 7 meses y medio de cárcel y 2 años de retirada del carnet. El día 9 de mayo de 2013, sobre las 19:45, se produjo un violento y aparatoso accidente en la carretera de Rostrogordo.
Dos vehículos, un Mitsubishi Montero (un todoterreno), primero, y un Opel Vectra, detrás, circulaban a altísima velocidad (entre 90 y 100 kilómetros por hora, en una zona limitada a 20 por obras) por la citada carretera, “picados”, como admitieron los propios conductores ante la jueza, y “echando una carrera”.
Al pasar el cruce (ahora rotonda) que conecta las carreteras que rodean los pinos con el comienzo de la carretera de Cabrerizas, el Opel inició una maniobra de adelantamiento por una zona de línea contínua cercana a un cruce sin preferencia, maniobra ante la cual el acusado conductor del Mitsubishi reaccionó tratando de cerrarle el paso por el carril.
Según el escrito de acusación, dicha maniobra no estuvo motivada por la mera intención de evitar el adelantamiento, sino que se debió al hecho de que el conductor del todoterreno pudo ver cómo un tercer vehículo (con preferencia) iba a incorporarse a la vía en el cruce, lo que provocó que tratara de “esquivarlo” saltándose el ceda a gran velocidad.
Independientemente del motivo del conductor para realizar la maniobra, el resultado de ésta fue que el Opel impactó en el cuarto trasero izquierdo del todoterreno, desestabilizándolo y provocando que, al topar con un bordillo, chocase contra una farola (la arrancó de cuajo, proyectándola 20 metros hacia delante) y empezara a dar vueltas de campana.
El Mitsubishi quedó boca arriba y el copiloto del todoterreno, quien sufrió lesiones que requirieron de una intervención quirúrgica, tuvo que ser extraído del coche por los bomberos.
Tras el accidente, se constató que el conductor del Mitsubishi había dado positivo (0,13) en alcohol, sin llegar dicho positivo a constituir más que una falta administrativa.
Ambos acusados, que no cuentan con antecedentes penales, reconocieron su responsabilidad en los hechos ante la Jueza, motivo por el cual el Ministerio Fiscal (aplicando también un atenuante por la injustificada dilación del proceso) interesó para ambos la imposición de una pena de 7 meses y 15 días de prisión más 2 años de retirada del permiso de conducir.
Tras ser condenados, se despidieron en la sala con un amistoso abrazo.
Aseguradoras
Paralelamente a esta conformidad penal, se celebró un proceso civil en el que las aseguradoras de cada uno de los conductores se “enfrentaron” para dilucidar cuál de ellas (si no ambas) debía asumir el pago de la responsabilidad civil por los daños personales (5.910 euros de indemnización al copiloto del Mitsubishi que hubo de ser operado) y materiales (2.070 euros de indemnización a la CAM por las farolas y el bordillo) causados como consecuencia del aparatoso accidente.
