En cuanto al abastecimiento del agua, el consejero de Medio Ambiente indicó que la ampliación de la planta desalinizadora, que costará 17,6 millones, está en su última fase de autorización ambiental y la CHG ha encargado que se modifiquen algunos aspectos del proyecto para que no afecte a la patella ferruginea, especie protegida, cuestión que estará lista a principios de abril.
Esto permitirá iniciar la adjudicación de la obra para que la desalinizadora produzca 10.000 metros cúbicos más al día, sumando un total de 30.000, lo que además de “terminar con el problema de la escasez de recursos”, también permitirá aumentar la calidad del agua y que el suministro en la ciudad sea prácticamente de agua mineral.
Se trata, dijo, de “un gran reto” que confía en tener listo para 2019 o 2020 “como mucho”.
También es objetivo de la Ciudad Autónoma resolver la vulnerabilidad del sistema en el abastecimiento de agua, por lo que pidió a la ministra que se duplique la línea eléctrica de la desalinizadora, lo que supondrá una inversión de 1,7 millones de euros, para que se haga como una actuación de emergencia dentro de las actuaciones del plan de sequía.
10 millones para la red
En la reunión también se abordó el proyecto para mejorar la red general de agua de Melilla, que ya ha sido publicado en el Boletín Oficial de las Comunidades Europeas con una inversión de 10 millones de euros, lo que permitirá que barrios que están desconectados de dicha red puedan engancharse, unificando la calidad del agua en toda la ciudad.
