Ramón Martínez Garrido, ‘Ramón’, cancerbero del ascenso de la U.D. Melilla a Segunda B, fue homenajeado el pasado domingo por el club melillense, con motivo de su visita a Melilla para reencontrarse con los que fueron sus compañeros de equipo en las temporadas 1983-84, 1985-86 y 1986-87. El guardameta jiennense se mostró agradecido a la entidad azulina por «este gran detalle», así como a los aficionados «por el cariño que me han dado» en estos tres días en los que ha estado en la ciudad. Además, se mostró confiado en que el Melilla juegue el Play-Off, pues tiene intención de volver para apoyar al equipo y vivir otro ascenso, aunque en esta ocasión a Segunda División A. Ramón ha sido uno de los grandes guardametas que han pasado por Melilla y forma, desde hace 30 años, parte de la historia importante de la U.D. Melilla por su gran contribución al ascenso a la categoría de bronce del fútbol español.
El ex guardameta azulino está retirado del fútbol y en la actualidad tiene una empresa que se dedica a la fabricación e instalación de banderas, serigrafía y rotulación, aunque sigue de cerca su deporte favorito, el fútbol, y muy especialmente a la U.D. Melilla, así como los que también fueron sus equipos, Real Jaén, Carolinense, Iliturgi, Linares y Atlético Madrileño, entre otros muchos.
-¿Cuántos años hace que no regresaba a Melilla?
La última vez fue con el Linares, en el año 1999, hace ya bastante tiempo.
-¿Qué tal ha sido la experiencia de volver?
Ha sido excepcional, aunque yo quería venir en plan discreto, pero he recibido muchísimo cariño, más del que merezco. Le doy mucho valor a las personas importantes, pero más a las que no conocía pero sí que me conocían. Esas son las que de verdad te demuestran que hice algo aquí en el Melilla.
-La U.D. Melilla le homenajeó el pasado domingo, en el descanso del encuentro. ¿Cómo fue el reconocimiento?
Le agradezco mucho al club el detalle, pero no sabía que al llegar al Estadio Municipal Álvarez Claro, sus dirigentes me estuvieran esperando, no me lo esperaba, pero lo que más me ha sorprendido después de tantos años es su ciudad, que es maravillosa. Es un placer venir aquí y podría vivir toda la vida, aunque lo que más me ha chocado es la poca afluencia y ánimo que hay en el Estadio. Algunos compañeros con los que estuve en el Melilla me comentan que la televisión ha hecho mucho daño, pero eso es lo de menos, ya que a la gente hay que engancharla de alguna manera.
-¿Se puede deber también a que la gente puede estar un poco cansada de ver al equipo tantos años en Segunda B?
Sí, pero que no se olvide que el equipo ha estado casi siempre en Tercera División, antiguamente. Es cierto que el proyecto pasa por un ascenso y tocar una categoría que es maravillosa, la Segunda A, muy bonita por la igualdad que hay. Creo que el Melilla se lo merece y ya ha jugado varios Play-Offs.
¿Por qué decidió irse de la U.D. Melilla?
En el equipo estuve tres años, en las temporadas 1983-84, 1985-86 y 1986-87. El último que estuve aquí fue el del ascenso a Segunda B y aunque tenía otro año más de contrato estaba prácticamente traspasado al C.D. Málaga, pero el presidente Francisco López, que en paz descanse, no me dejaba irme. Tenía la posibilidad de jugar el siguiente partido contra el Real Madrid el domingo, pero terminé jugando con el Melilla ante el Torremolinos. Eso me hizo decirme de alguna manera que no iba a jugar más en el Melilla y me maché al Real Jaén, con un cambio de residencia, aunque el club melillense luchó por mí hasta última hora, con un sensacional ofrecimiento, pero ya había decidido marcharme. Analizándolo fríamente, Francisco López tenía mucha parte de razón, pues me decía que si me marchaba y no lograba la permanencia en Segunda B se tenía que ir de Melilla, pues por aquel entonces era el portero menos goleado del fútbol español. De eso me di cuenta de largo, cuando pasa el tiempo, que es cuando se ven las cosas muy claras.
-Pero se fue a jugar en una categoría inferior.
Sí, pero el Real Jaén siempre era considerado como un gran equipo y de hecho ascendimos a Segunda B con una facilidad enorme, aunque había tomado esa decisión por empecinamiento, ya que el Melilla había cortado mi trayectoria para firmar por el Málaga, pues si con 27 años no daba el salto a Primera División ya jamás lo conseguiría.
-¿Cómo fue la temporada del ascenso en la Unión Deportiva?
Fue la que más he disfrutado en el fútbol, pues con el entrenador José Víctor, que en paz descanse, aprendí muchísimo mentalmente. Llegó un momento que todos nos creíamos invencibles, ya que ganábamos los partidos con una suficiencia aplastante, aunque casi siempre por 1-0. Metíamos un gol y no había forma de que encajáramos goles. Recuerdo un partido en Motril, en el que Totó -mi gran amigo, al que le doy recuerdos y que se ponga fuerte pronto, pues además lo estoy esperando para darle un abrazo- marcó a los veinte segundos y nos abrazamos todos porque nos pusimos primeros en la clasificación, por delante del Marbella. Parecía que habíamos ganado el partido, cuando sólo había hecho más que comenzar y fue entonces cuando José Víctor nos dio una gran bronca, pero lo cierto es que cuando el Melilla marcaba, el partido ya estaba finiquitado. Creo que por entonces sólo encajamos nueve goles. Disfrutábamos mucho, pero el ascenso se consiguió porque aquí se unieron los dos equipos de la Ciudad que estaban en Tercera División. Hasta entonces, la afición estaba un poco dividida, pero las fuerzas se unieron con un solo equipo y se consiguió el objetivo.
-¿Cómo se vivía por entonces el fútbol en Melilla?
Tengo muchas fotos de mi etapa en el Melilla y el campo siempre estaba a tope, hasta la bandera. Habían muchas peñas con los nombres de los jugadores, bombos… Era tremendo, pero el pasado domingo me llamó la atención que hubiera poco público.
-¿Cómo se produjo su fichaje por el Melilla?
Estaba en el Real Jaén y tenía 22 años, aunque con 16 ya pertenecía a la primera plantilla. Cada temporada jugaba siete o ucho partidos nada más, pues era bastante joven Además venían porteros de fútbol de fuera y ganaban más que yo, pero en el último año me dije, me caso y me voy. El presidente me dejó marchar y me comentó que quería saber si yo valía para ser portero o no. En Melilla no me conocían de nada, pero quien hizo toda la operación fue Francisco Sánchez Montoya. Preguntó por mi a un entrenador de Jaén y le dio muy buenos informes. Le dijo que si firmaba por el Melilla iba a triunfar, así que Sánchez Montoya fue el que me trajo y apostó por mí.
-¿Se clasificará el Melilla para el Play-Off?
Está complicado, pero para los demás equipos también, pues el nivel es el que hay, aunque si lo consigue todos los equipos tienen las mismas opciones. Le deseo al Melilla toda la suerte del mundo, al igual que al entrenador Manolo Herrero, que ha sido compañero mío y es una persona encantadora, pero si se mete en el Play-Off voy a estar aquí seguro para dar mi apoyo.
-¿Le gustaría añadir algo más?
Simplemente darle las gracias a Melilla, una vez más, y a toda su gente.
