Quisiera con estas palabras expresar el más sincero agradecimiento al director de la residencia de la tercera edad en Melilla, Francisco Javier Calderón, a su coordinador y a todo el personal de la residencia por su calidad humana, su paciencia, amabilidad, sensibilidad, cariño y buen hacer con mi padre recientemente fallecido, Francisco Jiménez Jiménez “Miguel”.
No es fácil cuidar a alguien a quien su enfermedad ya no le permitía desarrollar una vida plena. Alguien a quien por estar tan consternado por la misma no le dejaba agradecer, en muchas ocasiones, todo lo que estabais haciendo por él. Alguien a quien ya le costaba hasta darte una respuesta, a veces cayendo en desasosiego, aunque en otras ocasiones sonreía.
Sin embargo, a pesar de todo ello, vuestra profesionalidad siempre fue capaz de comprender todo esto con mi padre, recibiendo siempre un beso, una sonrisa, una palabra amable y por supuesto unos cuidados intachables y dignos de elogio.
Por todo ello, en nombre de toda la familia y en el mío propio, os agradezco profundamente todo lo que habéis hecho por él, os felicito por vuestra profesionalidad y os animo a que no ceséis en vuestro ánimo para seguir adelante con todo lo que hacéis, aunque no siempre os lo puedan decir, los residentes os lo agradecerán eternamente.
Atentamente, María Jiménez Monedero
