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El complejo y determinante proceso objetivo de la evaluación psicológica

Explorar las arcanas facetas de la psique humana es un proceso para el que se necesita formación en psicología, conocimiento científico, experiencia profesional y una profunda conducta ética. En días pasados tuve la desapacible experiencia de leer un breve, pero mordaz, artículo sobre el proceso de evaluación psicológica a dos aspirantes a la Policía Local. En el artículo, un letrado se despachaba a gusto
contra la evaluación psicológica afirmando que "es la única con carácter absolutamente subjetivo y es la única que permite este grado de discrecionalidad par quitar a una persona y colocar otra en su lugar", afirmando también que no solo sucedía en Melilla sino que: " Lo que constatamos a nivel nacional es que las entrevistas psicológicas se están empleando de manera arbitraria".
Sin ánimo de cambiar la opinión del señor letrado, ni mucho menos generar polémica alguna al respecto, a continuación comentaré, sucintamente, el por qué la evaluación psicológica es un proceso científico, transparente y, sobre todo, objetivo. En un clásico estudio sobre el estrés, llevado a cabo por el catedrático de Psicología Cognitiva y del Trabajo de la Universidad de Maastricht, Fred Ziljstra (2010) ,se demostraba cómo algunas actividades laborales eran especialmente proclives a generar estrés en los/as trabajadores/as. Una de tales actividades era la de policía, la cual se consideró en este estudio como de "alto riesgo" . Recientemente, el secretario de Estado de Empleo del Ministerio de Empleo y Seguridad Social del Gobierno de España, Juan Pablo Riesgo,afirmó que el estrés causa el 30% de las bajas laborales. No tenemos estadísticas públicas sobre el número de bajas en los cuerpos de seguridad del Estado, sin embargo el sorprendente aumento del índice de suicidios en la policía podría ser calificado de alarmante. Por ejemplo, según datos conocidos (no hay estadísticas claras) en La Guardia Civil, con algo más de 77.000 miembros, en el verano pasado se han quitado la vida ocho agentes. No se llega al suicidio sin antes pasar por un estado
psicológico depresivo que se manifiesta en conductas establecidas en los manuales clínicos y una causa importante de la depresión es el estrés.

Establecer un perfil de personalidad, previo al entrar en un cuerpo policial, permite hacer una selección de los/as candidatos/as que, psicológicamente, se adecuen más al puesto de trabajo, esto no solo evita que entren personas que deseen ser miembros de las fuerzas de seguridad, sino que, además, tengan las
aptitudes psicológicas más afines a una profesión de entrega a la ley y a la ciudadanía en donde el estrés es, como lo evidencian los estudios científicos, el pan de cada día. Así, si bien las aptitudes física e intelectuales son útiles para el trabajo de policía, las psicológicas son determinantes para enfrentarse, cotidianamente, a responsabilidades que superan, con mucho, las de cualquier ciudadano común, pero ¿Cuál es el propósito de evaluar a un/a candidato/a a policía? La evaluación psicológica evalúa una serie de rasgos de personalidad que establecen un perfil de candidato viable para la contratación. Lo que se suele evaluar para una plaza de policía es, entre otros, el control de los impulsos, la inteligencia general, la capacidad para realizar tareas repetitivas, la memoria en sus diferentes procesos (procedimental, semántica, episódica), la honestidad, la integridad, el Sesgo personal (auto atribuirse el crédito personal en sus éxitos pero no en sus fracasos), capacidad de tolerar el estrés, la motivación (lo que motivó al candidato a elegir como representante de la ley), la confianza, la capacidad para someterse a la autoridad, las actitudes apropiadas hacia la sexualidad, el consumo de drogas, etc. Cada uno de estos rasgos se han estudiado a lo largo del tiempo como áreas muy importantes para evaluar a los/as candidatos/as que van representar la ley. Aunque al señor letrado le sorprenda, todos estos aspectos de la conducta humana son mesurables de manera objetiva, detrás de cada evaluación hay décadas de estudio y de conocimiento científico que la avala y que proporciona índices suficientemente robustos para tomar una decisión fiable de si una persona es adecuada, o no, para ocupar el cargo de policía. Ahora bien, queda el aspecto de la ética. Al principio de este escrito hice énfasis en una profunda conducta ética. Esto significa que, un/a psicólogo/a que evalúe no solo debe tener el conocimiento sino la suficiencia moral como para hacer honestamente su trabajo. Igual que en todos los ámbitos de conocimiento, es posible que la persona que evaluó a los candidatos, a los que hace referencia el artículo de la semana pasada, hubiera incurrido en algún error debido a su incompetencia o desconocimiento, quizá no era un profesional lo suficientemente formado ni con la experiencia más apropiada y no haya sido capaz de negarse a hacer un trabajo para el que no estaba preparado, o quizá simplemente es fuera una persona irresponsable. No lo sé. Esta información puede estar en manos de quien le haya contratado, pero no en el Colegio de Psicólogos de Melilla. No actuamos así, hay un código deontológico que siguen los colegios de psicólogos de España y al que sus afiliados se someten y no hacerlo es causa de expedientes disciplinarios. Dudo mucho que eso que afirma el letrado sobre "cribas discriminatorias" se sucedan a nivel nacional, también dudo de que los colegios de psicólogos no tomen cartas en el asunto cuando haya problemas en un proceso de selección de personal. De lo que no tengo ninguna duda es que el señor letrado desconoce por completo el proceso de selección de personal que lleva a cabo el Colegio Oficial de Psicólogos de Melilla.

Decía el gran escritor irlandés Oscar Wilde, que la experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones, la Psicología, como tantas otras áreas de la ciencia, también se ha equivocado muchas veces y estoy seguro que se seguirá equivocando y aprendiendo, pero lo que ha conseguido en el mundo actual es establecer parámetros comportamentales y perfiles que establecen patrones de conducta a partir de los diferentes tipos de personalidad y aptitudes hacia el trabajo. De eso sabemos mucho y, sobre todo, hemos aprendido que no tiene ningún carácter subjetivo. Los seres humanos somos predecibles en muchos aspectos de nuestra conducta, nos gustan las rutinas, las actividades que nos hacen sentir seguros y eso queda registrado en cómo nos comportamos ante los demás, cómo respondemos ante determinadas situaciones, cómo gesticulamos, e inclusive cómo nos movemos. Si, la psicología conoce bien la conducta humana, no es infalible, pero si certera cuando el conocimiento científico, la experiencia y la ética se unen para hacer un trabajo de evaluación y darle la responsabilidad de poner un arma de fuego en las manos de una persona.

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