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Optimismo en el Puerto para lograr una evaluación ambiental favorable para el proyecto de ampliación

El presidente de la Autoridad Portuaria, Miguel Marín
(Autor: Guerrero)

La Autoridad Portuaria de Melilla se mostró ayer optimista en obtener una evaluación ambiental favorable a la ampliación del puerto comercial por parte del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), que debe emitir su respuesta antes de finales de este año. El presidente de la Autoridad Portuaria, Miguel Marín, informó de que este organismo remitió el pasado lunes a Puertos del Estado todos los expedientes sobre el documento necesario para tramitar la valoración ambiental de este proyecto, “el más importante del siglo XXI en Melilla”, cuyo presupuesto es de 292 millones de euros.

Se trata, afirmó Marín, de “un paso importantísimo” porque es “prácticamente la fase final de la parte administrativa” para poder ejecutar la ampliación del puerto comercial, que podría ser licitada antes de que acabe 2018 si la respuesta del Mapama se produce, como calcula la Autoridad Portuaria, antes de finalizar el tercer trimestre.
En rueda de prensa, Marín explicó que Puertos del Estado tendrá que remitir el documento elaborado por la Autoridad Portuaria al Mapama, que tendrá un plazo para responder de cuatro meses, ampliable a otros dos, para evaluar el impacto ambiental de la ampliación del puerto.

Propuesta “garantista”
La propuesta remitida por la Autoridad Portuaria, según apuntó Marín, es “garantista con el Medio Ambiente” y “sigue rigurosamente todos los pasos recogidos en la ley”, yendo incluso “mucho más allá” de lo que indica la normativa respecto a la protección medioambiental, de ahí el optimismo de la Autoridad Portuaria de cara al resultado de la evaluación del Mapama.
Según Marín, el proyecto de ampliación del puerto aportará a Melilla “más calidad desde el punto de vista medioambiental”, ya que incorpora “medidas correctoras” para que no afecte a las especies protegidas del litoral melillense, entre ellas la patella ferruginea.
Para ello, el proyecto de ampliación del puerto contempla la construcción de un puente de 100 metros de longitud, que “hará posible que no se toque ni una sola especie protegida ni durante la obra ni después”, así como un canal de 50 metros entre el dique actual y el futuro dique de la parte ampliada, para que las corrientes fluyan con normalidad.
Además, Marín destacó las medidas que incorpora el proyecto para “mejorar” las condiciones de la patella ferruginea y facilitar su reproducción en el litoral de Melilla, como es el hecho de que el dique tenga la inclinación suficiente y la rugosidad que necesita dicha especie para desarrollarse dentro de la zona ampliada del puerto.
Con estas medidas, Marín subrayó que la Autoridad Portuaria es “la primera interesada” en proteger las especies que viven en ese entorno y no solo limitarse a protegerlas, mejorando su hábitat, algo que aparece reflejado en el documento remitido, que tendrá que analizar el Mapama.

“Un paso firme”
Según Marín, la entrega del proyecto que se ha elaborado es una “muy buena noticia”, además de “un paso firme para lograr el objetivo de ampliar el puerto de Melilla”, cuya financiación ya está cubierta con la previsión presupuestaria de 292 millones de euros para su ejecución, seis de los cuales ya se han incluido en los Presupuestos Generales del Estado de 2018.

Liberar suelo en el casco urbano

El presidente de la Autoridad Portuaria puso en valor el “gran trabajo” realizado por los técnicos de este organismo para obtener luz verde para este proyecto, “el más importante del siglo XXI para Melilla” no solo por su cuantía económica, cifrada en 292 millones de euros, sino también por las consecuencias urbanísticas que tendrá.
En este punto, recordó que la previsión es que las industrias molestas e “insalubres” que actualmente se encuentran en el casco urbano de Melilla, como es el caso de la planta depuradora o la planta de energía eléctrica que hay situada en pleno centro de Melilla, se trasladen a la futura zona ampliada del puerto.
Ello permitiría liberar suelo en zonas residenciales, algo muy importante en el caso de Melilla, que es actualmente el cuarto lugar de Europa con mayor densidad de población, con una previsión de convertirse en la primera dentro de 10 o 15 años.

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Redacción

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