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‘Un gran día’, el divertido musical que desvela que el secreto de la felicidad está en disfrutar la vida

El protagonista Javi, junto a su padres, el tío Cresencio, Ana y su hermana Tati

La nueva obra de Bombalurina podría decirse que es la historia de una vida que tarde o temprano te puede ocurrir, con un canto de esperanza para que cambiemos la perspectiva de nuestro día a día porque hoy puede ser 'Un gran día' si de verdad lo aprovechamos. A través de su protagonista Javi los más de 700 espectadores, que tuvieron la suerte de acudir a la primera representación, pudieron rememorar o vivir momentos de la vida, como la relación entre hermanos, el amigo que siempre está ahí, el primer amor o las rarezas de nuestras familias. 'Un gran día' te lleva de vuelta a la juventud, logrando con sus giros inesperados en la trama, no parar reír y dejar una sonrisa permanente en el rostro de los presentes. Bombalurina lo ha vuelto a lograr, esta vez con un libreto propio adaptado por Ángeles de la Vega, aunque no es fácil conseguir que más de 60 personas al unísono encajen en un perfecto engranaje para que el público se entregue desde el primer minuto y se mantenga en alerta por lo que pueda pasar. La persona que pudo conseguir que la magia resurgiera, un espectáculo más, fue José Juan Imbroda, Jota para los amigos, que como el resto de integrantes de esta agrupación cien por cien melillense, busca ofrecer un producto de calidad a la gente de esta tierra.

La puesta en escena sobrecoge por sus magníficos y sorprendentes decorados, por la perfecta luz y sonido, por el elaborado vestuario, las increíbles coreografías o la magia de los músicos, pero el elenco artístico merece los mejores de los elogios por su profesionalidad y por el buen trabajo realizado.

Estreno
Pasadas las nueve de la noche, se apagaron las luces del Teatro Kursaal donde los 700 invitados al estreno aguardaban impacientes la subida del telón para poder ver la vuelta de Bombalurina a los escenarios. A partir de ese momento y por espacio de tres horas, con un intermedio de cinco minutos, los presentes participaron en un viaje repleto de canciones llevándolos a momentos de la juventud con personajes muy característicos y cómicos, que demuestran que lo importante no es un final feliz sino haber aprovechado toda una vida.

Pero hacer que este montaje haya sido un absoluto éxito no ha sido un trabajo sencillo, porque la gran dificultad ha sido que se trata de un libreto propio, es decir, que no hay ningún referente de este montaje, por lo que se ha tenido que estructurar y realizar todo, sin ninguna referencia: escenografía, textos, decorados, música, voces, coros, vestuario, coreografías y puesta en escena. De ahí que Bombalurina se embarque en la labor de producir un musical entero, con toques cómicos en los que se intercalan las canciones y la historia a la perfección. Por este motivo, el espectador encontrará la obra más personal y cercana de la agrupación melillense, aunque las canciones sean conocidas por el público, la forma de interpretarlas con las coreografías es completamente mágica y extraordinaria.

Por respeto a los integrantes de la compañía y a los meses de trabajo invertidos, guardaré para el deleite de mi memoria los momentos especiales de la función, los que llegan a tocarte el corazón, los giros inesperados, las risas a carcajadas, los deja vú de acontecimientos de la vida, esos momentos que contribuyeron a que el público, en especial al final, puesto en pie, se emocionara entre aplausos, silbidos y bravos.

Montaje
El público, sabía a dónde iba, a disfrutar de la tan esperada vuelta de Bombalurina y no quedó para nada defraudado. Tan solo en decorados, la representación ofrece distintas escenas, en especial la casa de los padres de Javi, la entrada, el almacén, el jardín y el salón de la casa con una escalera practicable hasta llegar a la biblioteca del piso superior. La iluminación se merece un sobresaliente por la perfección con la que, a pesar de la complejidad de la trama y los cambios de escenarios, supo imprimir el ambiente preciso en cada momento. A todo esto se sumó el difícil trabajo de la sonorización, para permitir que los actores y coros pudieran actuar e interactuar con el público.

En el apartado musical, Bombalurina contó con la profesionalidad y el buen hacer de sus integrantes que se adaptaron perfectamente al libreto propio, en especial Mª Carmen Gálvez, Félix Moriche, Alejandra Acedo y Raúl Belmonte bajo la dirección musical de José María Chamorro. La representación incluyó también números musicales coreografiados por María Villegas, que no hicieron más que embellecer y potenciar la puesta en escena de los actores en cada uno de los momentos. Pero hubo mucho más que disfrutar, y así lo harán los que tengan la suerte de poder ver a esta agrupación este fin de semana y el que viene.

Esta obra es mucho más que un musical, es un montaje que te invita a viajar por las experiencias personales de tu vida, te hace recordar la relación que tienes con tu familia, con los amigos más cercanos e incluso con tu pareja sentimental. El final de este espectáculo sirve para que abramos los ojos y pensemos que a pesar de las adversidades, siempre hay un camino por el que seguir, pudiendo dejar de tener días malos tomándolos con otra perspectiva, porque al fin y al cabo todos los días pueden ser 'Un gran día'.

El cuadro de actores brilló con su luz propia
Sin lugar a duda, el cuadro de actores brilló con su luz propia, Manu Arrarás fue Javi, el protagonista, quien nos dejó estar presentes en los momentos más importantes de su vida, con comentarios cómicos a pesar de su timidez, arrancó las carcajadas del público en multitud de ocasiones a lo largo de toda la obra al igual que cuando alzó la voz para interpretar las piezas musicales. Fue muy acertada la elección de los familiares de Javi, con Félix Moriche, quien hizo de padre, cuya voz dejó totalmente boca abierto al público y la relación padre e hijo también trasmitió recuerdos y emoción. La madre de Javi, Alejandra Acedo, fue una grata sorpresa ya que bordó el papel de una manera sublime con una voz que hizo emocionar a los melillenses que estuvieron presentes. También, su hermana Tati, Alejandra Almendros, demostró un gran talento para las artes escénicas.

No podía faltar la mención a la tía Luisa, Mª Carmen Gálvez, con quien no pudimos parar de reír en cada una de sus escenas, emocionarnos y sorprendernos con tal vozarrón que arrancó en varias ocasiones los gritos de los espectadores. El tío Cresencio, interpretado por Alonso Espinosa, supo darle el toque cómico incluso en los momentos más complicados de la obra. Al igual que fue una gran sorpresa, el personaje de Ana por Cinthia Aragonés, que supo como meterse al público en el bolsillo llegando en el momento perfecto de la trama.

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Lorena Japon

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