Los azulones encadenaron su segunda victoria consecutiva, tras imponerse al Cáceres Patrimonio de la Humanidad de forma contundente por 94-65, en un duelo que fue dominado de principio a fin por los de Alejandro Alcoba, que deberán esperar, al menos, hasta la próxima jornada para certificar la quinta plaza que les daría la ventaja de campo en la primera eliminatoria de los play off, ya que el TAU Castelló, su más inmediato perseguidor, también ganó en casa, en este caso al Actel Força Lleida. El Melilla Baloncesto encadenó su segunda victoria consecutiva, tras imponerse al Cáceres Patrimonio de la Humanidad de forma contundente por 94-65, en un duelo que fue dominado de principio a fin por los de Alejandro Alcoba, que deberán esperar, al menos, hasta la próxima jornada para certificar la quinta plaza que les daría la ventaja de campo en la primera eliminatoria de los play off, ya que el TAU Castelló, su más inmediato perseguidor, también ganó en casa, en este caso al Actel Força Lleida.
El equipo melillense firmó un primer cuarto muy completo, mostrandose muy superior al cuadro cacereños en todas las facetas del juego, resultando clave el trabajo defensivo que realizaron y el gran acierto desde la línea de 6,75 con nada menos que siete triples convertidos, siendo los autores Mamadou Samb (2), Diego Kapelan (2), Edu Durán, Filip Djuran y Pablo Almazán. De este modo, los de Alejandro Alcoba ya mandaban por nueve puntos (13-4) antes de llegarse al ecuador de este periodo, lo que obligaba a Ñete Bohigas a solicitar un tiempo muerto.
Este parón no cambió para nada el desarrollo de los siguientes minutos, alcanzando los azulones una máxima de 20 puntos (29-9) poco antes de llegarse al final de este acto, que concluiría con 29-11 tras una canasta de Keshinro.
En el segundo acto, los jugadores del decano no bajaron un ápice su intensidad atrás, consiguiendo, pese a la mejoría del rival, mantener las distancias. Los visitantes solo lograron colocarse a quince puntos (34-19), aunque rápidamente, y después de un parcial de 5-0, el Melilla Baloncesto volvía a poner las cosas en su sitio (39-19), con un lanzamiento de tres convertido por Juan Rubio y con un mate de Fran Guerra.
Los melillenses, muy inspirados desde el exterior, establecerían una máxima de partido de 24 puntos en un par de ocasiones (49-25 y 52-28). Jakstas cerraría el segundo asalto con una fácil canasta en los últimos segundos, marchándose los dos equipos a los vestuarios con 52-30 en el electrónico. A destacar la actuación individual de Diego Kapelan y de Filip Djuran, ambos con 11 puntos, así como también el acierto colectivo del conjunto de Alejandro Alcoba tanto en los tiros de dos (90%) y en los de tres, con 11 de 18 (61%).
En el tercer cuarto los melillenses, quizás, se relajaron un poco, lo que aprovecharon los extremeños para acercarse peligrosamente a once puntos en el ecuador de este acto (59-48), con un parcial de 7-18, siendo fundamental en este intento de reacción Rolandas Jakstas, con seis puntos.
Los de Alejandro Alcoba, guiados por un excepcional Diego Kapelan, darían de nuevo un arreón en el luminoso hasta marcharse al término de estos terceros diez minutos con un tranquilizador resultado de 76-55.
En el último y definitivo periodo, los azulones volvieron a incrementar su nivel defensivo, dejando a los cacereños sin opciones de meterse en el choque. No en vano, los azulones solo encajarían diez puntos en este cuarto, que había inaugurado un Javi Lucas bastante mejor que en partidos anteriores. Tras el 78-55 hubo que esperar más de dos minutos para que se produjera la siguiente canasta, obra del mismo jugador del decano.
Con el encuentro totalmente sentenciado, el único interés residía en saber si el Melilla Baloncesto batiría el récord de diecisiete triples, teniendo que conformarse finalmente con igualarlo.
El decano marcaría, a 1’13”, la máxima diferencia de la contienda, +31 (92-61), aunque se llegaría al término del duelo con rotundo 94-65 favorable a nuestro representante.
