Ayer por primera vez visité la Granja Escuela de Melilla, donde hace unos años se trasladaron animales de diferentes especies para ser visitados. En principio he de decir que no me gusta en absoluto visitar instalaciones donde viven animales privados de su libertad, sin embargo consideré que era importante que en alguna ocasión lo hiciera, para así, con conocimiento de causa, poder hablar del estado en que éstos se encuentran. Para empezar he de decir que considero todo un logro y un éxito el proyecto de los huertos sociales, donde muchas personas pueden relajarse junto a la tierra y los productos que nos regala, algo que todos deberiamos hacer. Por lo que animo a las autoridades competentes a ampliar las instalaciones sin ningun tipo de dudas.
Sin embargo a la hora de visitar a los animales hubo un aspecto que me llamó la atención por encima de los demás y que me gustaría destacar: hay animales pequeños como los patos y las gallinas que viven en espacios amplios donde poder tener una vida más o menos confortable, sin embargo son curiosamente los animales de mayor tamaño los que menos espacio tienen para moverse, y no es que vivan en jaulas propiamente dichas, sino que sus corrales son diminutos en relación a su tamaño, lo cual hoy día no es del todo ético. De hecho la mayoría de zoologicos de nueva creación optan por ofrecer a los animales una vida en semi-libertad.
Por ejemplo hay una vaca solitaria en un sitio muy pequeño donde apenas puede caminar unos metros, tampoco pastar; unas cabras que deesearian tener más espacio para dar saltos y correr; unos caballos con un picadero como unico lugar de expansión ocasional, y unos pavos reales de preciosa y enorme cola metidos en la pajarera, cuando estos animales son aves pero no pajaros. Siendo mi propuesta para ellos facil: dejarlos vivir libremente por todo el recinto, como sucede en muchos parques del mundo, lo que creo que habría que hacer ya en Melilla por el bien de ellos, pues con su tamaño necesitan salir de ese reducido espacio cuanto antes, lo que además daría color, belleza y vida al recinto.
Sinceramente creo que la calidad de vida de estos animales se podria mejorar considerablemente poniendo un minimo de interés y de consideración para con ellos. Ya que hoy día se sabe que para los animales privados de libertad, no solo es importante una alimentación adecuada o unos servicios veterinarios de calidad, sino que puedan disponer de suficiente espacio para moverse, correr, saltar y jugar, siendo esto primordial para su equilibrio emocional como seres vivos. Ojalá que quienes tengan competencias al respecto lo consideren y valoren que no es tan caro dar un poco más de espacio y de calidad de vida a los animales que viven en la Granja Escuela de Melilla.
