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Le piden 2 años y medio por romper un plato en la cabeza de su expareja

Una mujer marroquí denunció haber sufrido un ataque por parte de su expareja en la madrugada del pasado día 21 de abril, cuando éste le habría roto un plato en la cabeza tras entrar por la fuerza en su casa. A raíz de esta denuncia, el Ministerio Fiscal interesa para el acusado la imposición de una pena de 2 años y medio de prisión y 4 de alejamiento por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia de género, si bien el acusado se defendió afirmando que la denuncia era totalmente falsa, que la mujer quería verle “muerto o en prisión” y que no estuvo en la casa en el momento de los hechos, ya que se encontraba “jugando al billar” en un local del centro. A fin de confirmar su versión, presentó como testigo al encargado de dicho establecimiento.

Según el escrito presentado por la acusación, en el que se recoge lo manifestado por la víctima, la madrugada del pasado 21 de abril, sobre la una y media de la mañana, el acusado se personó en el domicilio de la denunciante, una ciudadana marroquí con la que supuestamente había mantenido una relación sentimental de más de año y medio, para recoger su correspondencia -la mujer le habría llamado poco antes para pedirle que enviara a alguien a recoger las cartas-.
Tras tocar a la puerta, el acusado habría entrado violentamente en el domicilio, comenzando una fuerte discusión en el interior de la vivienda, donde supuestamente habría empezado a “romperlo todo”, para posteriormente agredirla rompiéndole un plato en la cabeza y propinándole dos fuertes mordiscos, uno en el hombro y otro en el muslo. Tras la agresión, al escuchar al vecino de arriba salir de su domicilio, el acusado habría huido del lugar de los hechos sin que nadie lo viera.
La mujer, durante su declaración, se mostró extremadamente nerviosa, hasta el punto de romper a llorar durante el interrogatorio de la fiscal. La mujer, en un evidente estado de agitación, comenzó a gritar, repitiendo frases como “él ha jurado por su vieja que me va a matar”, “no puedo hacer nada sola” o “tengo miedo”, tras lo cual advirtió a los presentes afirmando que “si me mata, no perdonaré a absolutamente nadie de aquí”.

Ensañamiento
La versión del acusado difiere totalmente de la ofrecida por la denunciante. Según el acusado, él no mantenía una relación sentimental con ella, sino que dicha relación era de amistad, manteniendo relaciones sexuales esporádicas y llegando a convivir “durante algún tiempo”, ya que la mujer iba y venía de Marruecos; “cada vez que la echaban de donde estaba, tocaba a mi timbre”, afirmó.
Según declaró el acusado, la noche del 21 se encontraba jugando al billar en un conocido local del centro de la ciudad, y no tuvo más contacto con la denunciante que el que se produjo cuando ésta le llamó para avisarle de que tenía que recoger su correspondencia. La versión del acusado fue confirmada por el encargado del local, quien lo situó en el interior del mismo entre las 23:00 y las 02:30 de aquella noche.
El Ministerio Fiscal interesó para el acusado la imposición de una pena de 2 años y medio de prisión, más 4 años de alejamiento por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia de género, mientras que la defensa pidió su absolución basándose en la declaración del encargado del local y en las posibles malas intenciones de la denunciante.

La tercera denuncia en dos meses

Tanto el acusado como su defensa, para sustentar el argumento de que la supuesta víctima había interpuesto una denuncia falsa, recalcaron el hecho de que el acusado ya había sido absuelto en dos procesos anteriores relativos a otras dos denuncias similares interpuestas por esta misma mujer, una en febrero y otra en marzo. Mientras que en la primera denuncia, el Ministerio Fiscal consideró que el acusado sufrió lesiones graves -a raíz de que la denunciante le clavó un zapato de tacón en la cabeza-, unas lesiones por las que el Ministerio Fiscal pedía para la acusada hasta 4 años de prisión; en la segunda se determinó que las heridas presentadas por la denunciante eran producto de una autolesión.
El acusado refirió en su declaración que la denunciante le había llegado a decir que no pararía hasta verlo “muerto o en prisión” y afirmó ser víctima de una persecución por parte de la mujer, quien, según el pateamiento de la defensa, estaría utilizando los mecanismos legales a su alcance para hostigarlo, como demostrarían las tres denuncias interpuestas contra él en un plazo de apenas dos meses.

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Fernando Lamas Moreno

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