Carlos Rodríguez Braun y Daniel Lacalle, dos de los más prestigiosos economistas del panorama internacional, asistieron ayer al encuentro del segundo Foro Empresarial de Melilla, organizado por PROMESA, ofreciendo a los asistentes sus particulares análisis en torno al papel de nuestra ciudad como polo de desarrollo en el marco socioeconómico de la Unión Europea y Marruecos. Ambos ponentes, a través de didácticas y distendidas intervenciones, se posicionaron en torno a algunos de los temas más relevantes del panorama económico local, como puede ser el debate de la integración aduanera o la apuesta de Montoro por el juego online. Dos de los máximos exponentes del liberalismo económico a nivel internacional, los economistas Carlos Rodríguez Braun y Daniel Lacalle, ofrecieron ayer por la mañana una charla organizada por PROMESA en el contexto de la celebración del encuentro “Melilla Foro Empresarial” y titulada “Marco actual socioeconómico de la Unión Europea y Marruecos”. El encuentro entre los economistas y diferentes representantes políticos y miembros del sector empresarial melillenses duró dos horas y los asistentes pudieron disfrutar de un desayuno.
Ambos economistas trataron la situación económica de Melilla tanto desde la perspectiva europea como desde la perspectiva africana, intentando extraer cuáles son las ventajas que tiene nuestra ciudad, de desde el punto de vista de la economía y el empleo, dado su papel de “frontera sur” de Europa. Para Rodríguez Braun, la mayor ventaja de nuestra ciudad es poder combinar la seguridad jurídica y el marco institucional propio de la Unión Europea -”vitales” para el crecimiento económico- con el aprovechamiento del “considerable” crecimiento económico que está experimentando el continente marroquí, un crecimiento que “frente al pensamiento de que el empobrecimiento del vecino nos sirve para ser más ricos”, será muy beneficioso para la ciudad y jugará en favor de nuestro propio desarrollo.
Daniel Lacalle, por su parte, abordó los retos que se presentan a nivel europeo ante los cambios en las políticas monetarias, destacando el buen ritmo del crecimiento español y exponiendo cómo Melilla puede aprovecharse tanto del crecimiento de sus países colindantes como del propio crecimiento nacional.
Para Lacalle, la oportunidad que deben aprovechar las empresas melillenses es subirse al carro del crecimiento para “dar el salto” desde la microempresa -predominante en Melilla- hacia la pequeña y mediana empresa, de modo que se reduzca la fragilidad de las mismas ante los “cambios de ciclo económicos”; “las empresas de Melilla deben apostar por la exportación y por un modelo que esté menos orientado al comercio minorista y que se enfoque más a aprovechar las oportunidades propias de ser un polo de crecimiento que conecta la UE con Marruecos y el norte de África”.
¿IPSI o IVA reducido?
Ante el reciente debate suscitado a raíz de la posible entrada de Melilla en la Unión Aduanera con un régimen fiscal especial basado en la aplicación de un IVA reducido similar al IGIC canario, ambos economistas se mostraron precavidos, puesto que, si bien existen ventajas, consideran como un serio inconveniente el hecho de que poner la política fiscal local en manos de la burocracia europea restaría libertad al sistema económico y dejaría en manos de dichos burócratas las futuras decisiones en cuanto a fiscalidad, decisiones que, según indicó Lacalle, tienden a armonizar los impuestos, siendo dichas “armonizaciones” siempre al alza; “en Europa, armonizar es sinónimo de subir, nunca se armoniza a la baja”, dijo Lacalle, y puso el ejemplo de la subida al 35% de impuestos a los carburantes ordenada desde Bruselas.
Ambos economistas coincidieron en su oposición a que futuros ajustes impositivos recayeran en manos de políticos y burócratas -“la ventaja de un IVA reducido se podría perder muy rápidamente con una UE que sigue planteando el aumento de impuestos en las zonas que tienen ciertas ventajas”, comentó Lacalle- afirmando que sería mejor mantener al sistema local alejado de las garras de la burocracia europea, si bien no tomaron en consideración que la propia burocracia local controla la fiscalidad y que ha realizado diferentes ajustes desde la instauración del IPSI allá por 1991.
Estímulo al Juego Online
Ante el anuncio del ministro Cristóbal Montoro de la aplicación en Ceuta y Melilla de un régimen fiscal permisivo con el juego online durante los próximos 4 años, ambos economistas también coincidieron en mostrarse contrarios a la misma. Rodríguez Braun, pese a declararse partidario de toda reducción de impuestos, manifestó su escepticismo frente a medidas “de ingeniería fiscal” como la propuesta por Montoro, que favorecen a un sector en detrimento de otros.
Lacalle, por su parte, se mostró también contrario a las deducciones fiscales generadas específicamente para un sólo sector, dado que el que una empresa -en este caso de juego online- decida instalarse en Gibraltar no depende exclusivamente de la política fiscal del lugar, sino también de las facilidades burocráticas y administrativas y de la estabilidad en el tiempo de las medidas fiscales adoptadas.
“Cuando tú das una reducción de impuestos que tiene un periodo limitado, comparado con otras zonas (como Gibraltar) donde dichas medidas son estructurales, el cambio no es tan sencillo”, afirmó Lacalle, quien, si bien afirmó que “no es una mala idea”, concluyó que las reducciones fiscales a las empresas de juego online deberían plantearse en el contexto de una propuesta que incluyese la eliminación de las trabas burocráticas y las dificultades administrativas (en Inglaterra se tardan 24h en constituir una empresa, en España “tres meses”) y que incluyese el establecimiento de dicha fiscalidad a largo plazo, “que no exista el riesgo de que llegue otro Gobierno y diga ‘oh, pues yo voy a cambiarlo’”, sentenció Daniel Lacalle.
