Nordin Abdel-Lah Chadli, coacusado en el proceso en marcha por el caso del Voto por Correo y foco de todas las atenciones por haber sido una de las principales bazas de la acusación, quiso aprovechar su derecho a la última palabra para transmitir a la sala el sufrimiento que, a lo largo de todos estos años de proceso, le ha reportado la causa. Nordin denunció haber sido víctima de “prácticas mafiosas”, consistentes en frecuentes amenazas, coacciones y presiones tanto a él como a su entorno familiar, presiones que estarían detrás de los cambios de versión y retractaciones que han marcado su actuación en el juicio. Así mismo, quiso pedir disculpas a su letrado por haberle fallado al principio del juicio oral y se reafirmó en su idea de que el delito existió. Nordin Abdel-Lah Chadli, testigo principal de la acusación y coacusado en el caso del Voto por Correo, aprovechó su derecho a la última palabra para poner de relieve el sufrimiento personal que le ha reportado el proceso judicial que finalizó ayer.
Nordin quiso contestar a uno de los letrados, quien había ironizado en torno a su figura como “ciudadano ejemplar” -tesis defendida por el Ministerio Público- rechazando dicha calificación, “yo no soy ningún ciudadano ejemplar, yo he cometido un delito […] no se me tiene que poner ninguna medalla, soy sólo una persona normal y he sufrido mucho”, declaró.
El acusado también quiso instar a la sala a ponerse en su lugar, repasando las diferentes amenazas y coacciones que ha sufrido a lo largo de los últimos 10 años, desde que presentara su declaración jurada acusando a PSOE y CPM de haber “montado” una trama para comprar votos en las Elecciones Generales de 2008. Recordó como un grupo de mujeres de la cañada llegó a amenazar a su madre, “una mujer mayor, que tenía una cardiopatía”, diciéndole cosas como “si tu hijo no se aparta, lo pueden matar”, extremo que llegó a provocarle un amago de infarto por el que hubo de ser ingresada, según afirmó Nordin. “Estábamos constantemente amenazados […] Se me ha llamado bastardo, se me ha llamado mentiroso, e incluso personas no cualificadas han llegado a decir (en prensa y televisión) que sufro problemas psiquiátricos, que estoy loco, que soy bipolar”.
Prácticas mafiosas
Abdel-Lah, que recibió una leve reprimenda por parte del presidente del Tribunal, al considerar que estaba utilizando su derecho a la última palabra para realizar una nueva declaración, denunció también en su alegato final el haber sido objeto de “prácticas mafiosas”; “me mandaron a una persona que me dijo que me iban a encontrar cortado en trocitos en el río, o con una bala perdida en la Cañada”.
Nordin afirmó que esa misma persona, en otra ocasión, lo obligó a acompañarlo a dar una vuelta en el coche y comenzó a revisarle los mensajes del teléfono porque, al parecer, había trascendido que le había contado a Ikram Aanan (otra de las acusadas) que estaba siendo víctima de presiones y amenazas; “esa vez estuve a punto de orinarme encima”, afirmó Nordin.
Retractaciones
El coacusado abordó el asunto de sus cambios de versión afirmando que se había retractado por proteger a su familia; “por mi familia, me retractaría 20 mil veces… he podido ser un cobarde, pero soy sólo una persona normal”, sentenció.
Nordin, que utilizó su alegato también para denunciar la encerrona preparada por uno de los letrados de la defensa y para rechazar su vinculación al Partido Popular, quiso pedir perdón públicamente al abogado que le acompañó hasta el inicio del juicio; “me presionaron hasta el mismo día antes del juicio, y no fui leal con la persona que me ha acompañado todos estos años, no sólo como abogado sino como amigo”, lamentó.
Nordin Abdel-Lah quiso concluir su participación en el juicio aludiendo a la decisión del juez: “Si hay una sentencia condenatoria, yo sabré que he cometido un delito. Si la sentencia es absolutoria, seguiré sabiendo que yo he cometido un delito”.
