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Carta del Editor

Alea iacta est (la suerte está echada)

Empiezo a escribir esta Carta el lunes, en un clima de monumental revuelo nacional y local. Sobre Rajoy escribe Anson en El Mundo: "En lugar de advertir el peligro que supone estar en minoría en el Congreso, el Presidente, que tantos y tan importantes aciertos económicos ha tenido, se instaló políticamente en la soberbia, el desdén, la prepotencia y la inoperancia". ¿Hay algún algún paralelismo con la situación local?
Andrew Roberts, uno de los grandes historiadores británicos, publicó en 2003 un gran libro: "Hitler y Churchill. Los secretos del liderazgo". En las Conclusiones del libro hay un capítulo sobre "Saber marcharse" y dice: "Parte del arte de gobernar consiste en saber cuándo hay que dejarlo…Winston Churchill permaneció en el cargo demasiado tiempo. Empiezo a escribir esta Carta el lunes, en un clima de monumental revuelo nacional y local. Sobre Rajoy escribe Anson en El Mundo: "En lugar de advertir el peligro que supone estar en minoría en el Congreso, el Presidente, que tantos y tan importantes aciertos económicos ha tenido, se instaló políticamente en la soberbia, el desdén, la prepotencia y la inoperancia". ¿Hay algún algún paralelismo con la situación local?
Andrew Roberts, uno de los grandes historiadores británicos, publicó en 2003 un gran libro: "Hitler y Churchill. Los secretos del liderazgo". En las Conclusiones del libro hay un capítulo sobre "Saber marcharse" y dice: "Parte del arte de gobernar consiste en saber cuándo hay que dejarlo…Winston Churchill permaneció en el cargo demasiado tiempo. Como les sucedió a tantos de sus predecesores, se mostraba muy dispuesto a creer a los demás cuando le decían que era indispensable…Churchill debió emular a Cincinnato y a Garibaldi y haberse retirado de la vida política en 1945, cuando estaba en la cima de su triunfo". Otros políticos más cercanos también deberían haberlo hecho o, en su defecto, hacerlo ahora. ¿Lo van a hacer?
Roberts añade, en otro capítulo de su libro: "Los líderes verdaderamente grandes comprenden hasta qué punto es vital escuchar a las personas que se muestran en desacuerdo con ellos… Incluso los mejores líderes fallan si no consienten que otros disientan de ellos". ¿De nuevo el paralelismo con la situación nacional y local?
"Rajoy debe aceptar que su ciclo al frente del Gobierno ha llegado a su fin", editorial de El Mundo del lunes. A veces hay que aceptar algo porque no tienes otra solución y la de no darte cuenta de ello es la demostración palpable de que tu fin ha llegado. Como le ocurrió a Ignacio Velázquez cuando era presidente de Melilla y, en presencia de Juan José Imbroda y mía, en mi casa, se negó a dimitir, aunque su partido hubiera conservado el gobierno local si lo hubiera hecho. Así perdió él la presidencia y su partido, entonces el PP, el gobierno de la ciudad. Es posible que vuelva a ocurrir lo mismo en España y en Melilla. A hoy, lunes, cuando empiezo a escribir, la moción de censura del eterno aspirante a expresidente, Pedro Sánchez, depende que el Partido Nacionalista Vasco, 5 votos, se quieran arriesgar a perder lo mucho que habían conseguido del Gobierno del PP a cambio del sí al Presupuesto. Situación dantesca y mortal para la economía española.

Termino de escribir esta Carta el viernes por la tarde. Como, según Plutarco, exclamó Julio César al cruzar el río Rubicón, límite entre Italia y la Galia Cisalpina, "alea iacta est", o la suerte está echada, el riesgo asumido y emprendido el camino de no retorno. Para el gran Julio César todo fue bien, hasta su asesinato. Para el aspirante a expresidente Pedro Sánchez, objetivo cumplido: pronto lo será (expresidente), con todas las ventajas personales, tangibles e intangibles, que eso conlleva en la España de hoy.

El sábado a las 11 horas -ayer para los lectores, mañana cuando yo escribo esto- Pedro Sánchez, que evidentemente no es Julio César y nunca lo será, sí será presidente del Gobierno español, el séptimo de nuestra democracia. Lo ha logrado, sin ganar jamás unas elecciones, tras una moción de censura que los más benignos han calificado como temeraria, no por presentarla -que es un derecho constitucional- sino por el imposible que resulta que se pueda mantener un gobierno en minoría con los apoyos de antisistemas comunistas como Podemos y el intragable Pablo Iglesias, junto con los separatistas catalanes y vascos, cuyo objetivo es terminar con el Gobierno español, con España, en suma.

Sólo un milagro podría lograr que Pedro Sánchez pudiera retrasar su aspiración de ser expresidente. Pero los milagros, el evento atribuido a la intervención divina, sobrenatural, ocurren muy excepcionalmente, por no decir que no ocurren jamás. Lo que sí es más que probable que suceda es que España, y la inmensa mayoría de los españoles, sufran un empobrecimiento generalizado, tipo comunista, y que se produzcan gravísimas tensiones separatistas que dañen, como mínimo, la integridad de nuestra nación, a la que Sánchez dice querer convertir en el imposible de "una nación de naciones", un auténtico oxímoron, algo así como "la soledad sonora" de la que habló San Juan.

La convocatoria de elecciones es la única solución lógica y democrática para terminar con este tornado que se nos ha venido encima. De allí, previsiblemente, saldrá debilitado el Partido Popular -ya sin Mariano Rajoy, probablemente- y aun más debilitado el PSOE -ya sin Pedro Sánchez, seguramente- o sea, habrá terminado el bipartidismo, dominante hasta ahora. Eso, la cercana convocatoria de elecciones generales, es la única esperanza de nosotros, la inmensa mayoría de los hoy atribulados españoles.

Posdata
Parece claro que lo ocurrido en el Congreso tendrá consecuencias en Melilla. La más llamativa, y comentada, la probable sustitución del actual delegado del Gobierno, Abdelmalik el Barkani. Los miembros más activos en la redes sociales de la Plataforma de empresarios con actividades fronterizas no podían ocultar ya desde ayer su alegría por el previsible reemplazo. El PSOE, que en esto de la sustitución fulminante de los miembros del PP con cargos públicos por militantes socialistas no se parece nada a lo que acostumbra hacer el Partido Popular, no creo que tarde mucho en anunciar el nombre del nuevo delegado gubernativo en Melilla. Los empresarios de la frontera esperan más diálogo y alguna solución práctica y eficaz.

Aunque Mariano Rajoy, cuyas razones para no dimitir no han sido explicadas ni son comprensiblemente explicables, se ha despedido de La Moncloa con elegancia y discreción, no tiene comparación su actitud con la del entrenador del Real Madrid, el gran Zinedine Zidane. Como jugador ya dio muestras de una integridad y honradez impresionantes. Como entrenador ha multiplicado la admiración que su singular y exitosa figura despierta entre madridistas y no madridistas.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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