Guelaya Ecologistas en Acción ha emitido un comunicado criticando las actuaciones de la Ciudad Autónoma sobre las playas de nuestra ciudad, especialmente en lo que respecta a la Playa de Horcas Coloradas, que desde su apertura en 2010 apenas ha estado operativa. Desde Guelaya denuncian que, en el marco de las obras de acondicionamiento de la Playa de Horcas Coloradas, la ciudad Autónoma está utilizando tierra, en lugar de arena, un material “más propio para un jardín que para una playa”. Además, avisan de que haber amontonado las piedras retiradas de la playa en la base del acantilado crea un ecosistema favorable a los escorpiones, que ya infestaron esta playa el año pasado. El pasado 28 de abril se presentaba el plan de playas 2018, en el que se anunciaba el apoyo de “Costas” para el aporte de arena en las playas del Hipódromo, Horcas Coloradas y Alcazaba. Desde Guelaya denuncian que, a día de hoy, con la temporada de baños ya abierta, la playa de la Alcazaba no ha recibido ninguna aportación de arena, y en Horcas Coloradas se están vertiendo camiones de tierra, “más propia para crear un jardín que para tumbarse en ella”.
El 21 de mayo se realizaba la limpieza de choque de la playa, retirando toda la basura existente, y ahora, se echa tierra encima de lo limpiado. El proyecto tiene una duración de 2 meses.
Desde Guelaya recuerdan que la arena es una cosa “y la tierra es otra” y que, si se echa tierra a una playa, deja de serlo, ya que se en contacto con el agua se formará barro.
Además, “la tierra contendrá semillas, por lo que es posible que veamos crecer vegetación en la misma playa”.
Guelaya critica también la limpieza de piedras llevada a cabo, ya que la acumulación de piedras en la base del acantilado “es un buen intento de mantener un hábitat favorable para escorpiones”.
Desde la inauguración de esta playa (antiguo vertedero de la ciudad) en 2010, hasta 2014 fue prácticamente imposible su uso porque había que retirar toneladas de vertidos, incluyendo desde vigas de hormigón a hierros retorcidos.
En 2015 la playa permaneció cerrada, y en 2016 aparecieron los problemas de falta de arena en la Alcazaba y en el Hipódromo (que aun no han sido resueltos).
Desde Guelaya consideran que “o es mala suerte, o ganas de gastar dinero o falta de coordinación entra la Ciudad y el Estado” ya que tanto la imposibilidad de que los melillenes puedan disfrutar de sus playas como la amenaza a las especies protegidas de la ciudad se repiten año tras año.
