La candidatura de Marruecos para convertirse en la sede del Mundial de fútbol de 2026 sigue en pie después de que los analistas técnicos de infraestructuras de la FIFA le hayan dado el visto bueno. Haber sobrevivido a la inspección es un gran paso para Marruecos, que deberá competir con una candidatura muy potente en materia de infraestructuras, la de norteamérica (EEUU, Canadá y Méjico), para llevarse el mundial. El próximo miércoles tendrá lugar la decisión de la FIFA; de ser favorable a la candidatura marroquí, el país vecino deberá acometer faraónicas inversiones en infraestructuras a lo largo y ancho del país, incluyendo Nador, ciudad que se ha proyectado como una de las sedes menores.
Uno de los grandes proyectos de futuro del Gobierno marroquí es la organización del Mundial de Fútbol 2026, convirtiéndose así en el segundo país africano que se convierte en sede de un mundial en la historia.
La candidatura marroquí tiene como principal competidora a la candidatura compuesta por el tándem EEUU, Méjico y Canadá; los analistas técnicos de la FIFA -encargados de valorar el nivel de desarrollo de las infraestructuras de los países candidatos a acoger el Mundial- han llevado a cabo un informe en el que, si bien no se descalifica por criterios técnicos a Marruecos, se le otorga una puntuación de “suficiente”, mientras que la evaluación de la candidatura norteamericana es próxima al “sobresaliente”. Pese a la enorme diferencia existente entre las evaluaciones técnicas de ambas candidaturas, la decisión final depende de la votación que tendrá lugar el próximo miércoles 13 de junio; las 207 federaciones nacionales que integran la FIFA designarán entonces la sede de la vigésima tercera edición de la Copa del Mundo.
Mientras que la propuesta norteamericana cuenta con el punto fuerte de las infraestructuras, Marruecos basa su candidatura en la pasión por el fútbol que se vive en el país, y apelan a la faceta más emocional de la FIFA recordando que no siempre los más ricos deben ser los que se repartan eventos de este calado.
A la FIFA le preocupa el hecho de que llevar el mundial a Marruecos generaría cerca de la mitad de los ingresos en comparación con la opción de Norteamérica, mientras que la opción norteamericana presenta “pegas” como las limitaciones de acceso de ciudadanos de ciertos países a territorio de EEUU.
Haber “sobrevivido” a la inspección técnica de la FIFA es un gran éxito para Marruecos, que busca activamente un escaparate internacional de nivel.
Grandes inversiones en infraestructuras
Para poder organizar el Mundial, Marruecos se vería obligado a invertir miles de millones de euros, destinándolos no sólo a la construcción de estadios, sino también a la mejora de su red interna de comunicaciones. De ser elegido como anfitrión del mundial, Marruecos necesitaría construir la mayoría de las infraestructuras relacionadas con el torneo, algo que afecta directamente a los intereses de España, uno de los principales proveedores en materia de infraestructuras.
Marruecos se ha comprometido ante la FIFA 2.100 millones de dólares en la remodelación de cinco estadios y la construcción de otros tres, incluido el Grand Stade de Casablanca, con capacidad para 93.000 espectadores. Sin embargo, según FIFA, nueve necesitan ser reconstruidos completamente y cinco necesitan una remodelación significativa. Una de las sedes menores del mundial sería el estadio de Nador-El Arouit, cuya construcción se ha proyectado para acoger a 45.000 personas.
Un evento de este tipo podría beneficiar enormemente a nuestra ciudad, ya que atraería un gran volumen de turismo a la región.
