El gesto del Gobierno del socialista Pedro Sánchez de ofrecer un puerto español -en concreto los de Valencia o Palma de Mallorca- para que atraque el barco 'Aquarius', que navega con más de 600 inmigrantes y refugiados rescatados por Médicos Sin Fronteras y Sos Mediterranée por la negativa de los gobiernos de Italia y Malta de acogerlos, a pesar de esta a pocas millas de sus costas, ha creado un cierta inquietud por lo que puede suceder en el futuro próximo con Melilla.
Ya hay quienes consideran que esta decisión del Ejecutivo del PSOE puede suponer un efecto llamada que podría atraer a inmigrantes del África subsahariana a Europa a través de nuestra ciudad. No hay que olvidar lo que ocurrió con el anterior Gobierno socialista, el de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando Melilla vivió su peor crisis de la valla, con miles de subsaharianos saltando la alambrada.
El Gabinete de Pedro Sánchez esgrime razones humanitarias, algo loable, pero no se entiende que habiendo varios países de la Unión Europea más cerca del barco al que niegan Italia y Malta su atraque, tenga que ser España la que dé este paso, que pueden traer graves consecuencias para nuestra ciudad.
No hay que olvidar que la presión migratoria sobre Melilla continúa siendo muy alta. De derecho, el número de acogidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla ha aumentado a unas 900 personas después del acogimiento de noventa 'sin papeles', todos ellos de origen subsahariano, que fueron rescatados el domingo en el Mar de Alborán y las Islas Chafarinas y que fueron evacuados a Melilla
Ésta es una las cifras más altas de los últimos meses, aunque lejos de los 1.200 que se han llegado a contabilizar en determinados periodos del año 2017 e inicios de 2018, con llegadas principalmente por vía marítima a través de pateras, así como en dobles fondos de vehículos, mientras que el sábado 6 de enero de 2018 se produjo un salto masivo de unos 300 subsaharianos, de los que 209 lograron saltar la doble valla que separa Melilla de Marruecos.
Las salidas a la Península desde entonces han sido constantes, lo que ha permitido reducir el número de acogidos en el CETI, aunque con los cien subsaharianos rescatados en tres pateras la cifra de acogidos ha pasado de unos 800 a unos 900.
Los inmigrantes, en el CETI, tienen derecho a alojamiento, manutención y asistencia sanitaria mientras se tramitan sus expedientes de expulsión por entrada ilegal en España, unos trámites que suelen durar meses y muchas veces no se pueden concluir con la repatriación de los indocumentados, al no ser reconocidos como nacionales propios por los países a los que dicen pertenecer.
Y Melilla no tiene recursos ilimitados para atender los inmigrantes que puedan venir, por lo que el paso dado por el Gobierno de Pedro Sánchez es lógico que pueda crear inquietud entre los melillenses por lo que se nos pueda venir.
