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Las furgonetas y camiones del comercio atípico ‘okupan’ el Barrio del Real

Están semanas enteras aparcadas y solo se mueven el día que van a descargar

Solo hay que darse una vuelta por el Barrio del Real para darse cuenta de la nueva realidad que sufren quienes viven en él como consecuencia del cada vez más cercano comercio atípico. Las furgonetas y camiones que se dedican a llevar las mercancías al paso fronterizo de Barrio Chino han ‘okupado’ las calles de esta zona residencial, donde abarcan cada vez más plazas de estacionamiento, en las que permanecen durante semanas enteras porque sus dueños o arrendatarios solo las mueven el día que tienen asignado para descargar fardos en la frontera.
Esto provoca una falta de rotación en las calles del Real que preocupa a los vecinos del barrio, que advierten de que el problema será aún mayor dentro de poco, cuando pase el verano y muchos de los melillenses que viven en la zona y ahora están fuera regresen de sus vacaciones. “Cuando construyeron el bulevar en calle La Legión ya perdimos aparcamiento, y ahora encima nos aparcan durante semanas camiones que ocupan el espacio de dos o más coches y no se mueven. Es como si nos hubieran llenado el barrio de vados permanentes”, afirma a este Diario un vecino del barrio, preocupado porque cada vez son más las furgonetas autorizadas para el comercio atípico que terminan aparcadas en el Real.
La queja no es baladí. Son decenas de furgonetas y camiones las que están repartidas por el barrio, y hay manzanas donde puede haber hasta cuatro o incluso más. Según apuntan los vecinos, han llegado a estar sin moverse del sitio una semana o más, aunque “en realidad es como si estuvieran de forma permanente porque en cuanto los sacan para ir a descargar el día que les toca, después los vuelven a dejar en el barrio, por la misma zona, un poco más arriba o más abajo”.

Problema complejo
La Asociación de Vecinos del Barrio del Real es consciente del problema y ya se lo ha planteado a la Consejería de Seguridad Ciudadana, que también lo conoce. Sin embargo, de momento parece que poco puede hacer porque estas furgonetas y camiones tienen los papeles en regla y su peso máximo autorizado es de hasta 3.500 kilos. Además, sus conductores tienen la precaución de no dejarlos meses enteros en el mismo sitio para que nadie pueda llamar a la Policía y se los lleven por abandono.
La única solución sería prohibirles el paso, como ya se hizo con los camiones de más de 3.500 kilos, pero la asociación vecinal admite que esa sería una medida “bastante radical” que dejaría al barrio sin reparto en sus establecimientos hosteleros y comerciales.
Por ello, admite que es un problema complejo y que prácticamente lo han dado por imposible. Pero pese a la resignación, la asociación comparte la preocupación de los vecinos no solo por las dificultades relacionadas con el aparcamiento, sino también por razones de seguridad.
Y es que estas furgonetas y camiones, además de ser utilizadas para dormir por algunos, provocan un efecto pantalla por el que los transeúntes no pueden ver quién hay al otro lado de la calle ni en el pasillo central, donde se forma una especie de pasillo sin visibilidad, siquiera, desde los pisos más altos. Sin duda, todo un elemento a favor de los asaltantes.

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Redacción

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