Según confirmó ayer a este Diario el consejero de Seguridad Ciudadana, Isidoro González, en las calles en las que se instalarán los nuevos radares para regular el tráfico rodado de la ciudad, se limitará la velocidad a 40 kilómetros por hora. Afirmó que estos dispositivos tienen un objetivo disuasorio y no recaudatorio. Prevé el consejero de Seguridad Ciudadana que en las próximas semanas lleguen a la ciudad los cuatro primeros radares a instalar en las calles de General Astilleros, Actor Tallaví, Alfonso XIII y Calle México. En estos momentos estos dispositivos se encuentran en Madrid. Se está realizando su calibrado al objeto de que puedan funcionar dentro de una serie de parámetros y sin incidencias.
A lo largo de este 2019 la previsión es la de instalar cuatro más, también se colocarán en "sitios estratégicos de Melilla, aunque aún están por decidir". La idea que baraja el consejero es que puedan estar operativos para el segundo semestre del año recién inaugurado. Aseguró González que la instalación de los radares va en paralelo a las medidas que se han aprobado en la Ciudad Autónoma al objeto de descender la velocidad de las calles de Melilla, el que en ocasiones se conviertan las carreteras en velódromos. Los radares se suman a la declaración de Melilla Ciudad 30. Apostilla el consejero que estas medidas de control tienen un fin disuasorio y "no sancionador o recaudatorio".
También aclaró que en las calles en las que se instalarán estos dispositivos se limitará la velocidad a 40 kilómetros por hora una vez entren en funcionamiento.
