Maravillosa estancia por momentos en tus versos; deseos de apresamiento consentido, Maestro; seguir, proseguir, alzarse creciendo. El amor, por lo que eres y me haces ser sin querer parecer. Lágrimas merecidas, llorar por respuesta, el encuentro de mi Tolkia con Macondo y él esperando y recibiendo ese abrazo, eterno. Querer que te amen …de una manera habiendo millones de ellas que se identifican con una , una inmensa ,inmensurable, verdadera. La amistad, el amigo, la amiga y la mano que das, lo que recibes y te llena. Extrañar sentado, levantarte para otear la llegada, sonreírle al triste viento. La sonrisa de nuevo ,no forzada, acunar a la tristeza, elevarla para que asuma su papel de temporal y pasajera. El mundo para ti, tú y el mundo, el encuentro siendo tú y el mundo a bis.
El tiempo, la compañía, la soledad, el contigo y el sin mí. Conocer a los equivocados y reencontrar al conocido. No secar las lágrimas, dejar recorran tu faz sintiendo su fluir que te despierta de los sueños. Lastimar con o sin conciencia de ello, curar, reparar, confiar para seguir siendo. Saber quien eres para descubrir al otro en ti, pactando complicidades esforzarse, suceder, esperar y verlo acabar, esa luz y ese tesoro del recuerdo. Todo lo que sucede u ocurrió, son tu marco. Eslabones de una cadena de amor, de razones y anhelos que amansan y dan cuerpo y alas a mi destino, ese final que libera, ese final inicio de otras andaduras, ese final…
Pericassi ( expresándole a Gabriel, un grano de reconocimiento universal, aspirando a serlo)
