La calle de la Legión, finalmente, quedará sin terrazas en el medio. Estas se desplazarán al lado del establecimiento del que formen parte. El consejero de Fomento informó ayer de las obras que comenzarán en torno al mes de septiembre, que salen a licitación por 2.155.862 euros, con los que se actuará en una superficie de casi 30.000 metros cuadrados. Habrá una plataforma uniforme desde Altos del Real hasta el Paseo Marítimo, sin barreras arquitectónicas, la calzada se reduce y la velocidad, también, a 20. El Real se convertirá en una de las zonas más privilegiadas de nuestra ciudad", según Marín. Se trata de un proyecto "muy elaborado, trabajado y consensuado con los vecinos". De esta forma, comenzaba Miguel Marín la presentación del proyecto que se va a realizar en el Real, que va a convertirse en "un barrio moderno y residencial". Teniendo en cuenta que se trata de una actuación compleja, sobre una superficie de 29.817 metros cuadrados, se hará por fases. La primera podría arrancar entre agosto y septiembre, tras salir a licitación por 2.155.862 euros. Afectará a las calles de la Legión, Capitán Arenas y Coronel Cebollinos. En concreto, el consejero de Fomento explicó que se va a eliminar el tráfico pesado en esas vías, dando prioridad al peatón y al ciclista, "serán los principales protagonistas de esta actuación". Se unificarán las plataformas, para que no haya ningún tipo de obstáculos ni impedimentos para las personas con movilidad reducida o para los coches de bebés, "habrá una plataforma uniforme desde Altos del Real hasta el Paseo Marítimo", ya que el paseo de la calle de la Legión se va a ampliar hasta el Paseo Marítimo. La velocidad se reducirá a 20 kilómetros por hora, especialmente en intersecciones y cruces.
El ancho de los carriles en la calle de La Legión va a reducirse, con el objetivo de ganar espacio para el peatón, aumentando el espacio de las aceras. Uno de los cambios más significativos es que las terrazas desaparecerán del boulevard, trasladándose a ambos lados de la calle, pegadas al establecimiento al que correspondan. El consejero de Fomento cree que esto beneficia a los hosteleros, que no tendrán que trasladarse para atender las mesas, y al peatón, que podrá caminar por el centro de la calle sin toparse con las mesas de los bares: "Vamos a conseguir una continuidad visual y física de todo el paseo, que será uno de los más agradables, bonitos y más amplios de Melilla". Respecto a los aparcamientos, habrá menos en la zona central de la calle y más en las intersecciones, con este cambio, que, insistió Marín, va a beneficiar especialmente a los propietarios de negocios y al peatón.
Otra de las cuestiones que contempla la actuación es soterrar los contenedores, de los que actualmente se quejan los vecinos, por malos olores y por estar en intersecciones dificultando la visibilidad y aumentando las posibilidades de accidentes de tráfico. La Consejería de Medio Ambiente está elaborando un proyecto para soterrar todos los contenedores que hay en superficie.
Con las obras, que comenzarán entre agosto y septiembre y durarán ocho meses, se instalarán 35 farolas nuevas, conservando casi la totalidad de la iluminación. También se instalará el trazado de fibra óptica y se renovará completamente el mobiliario, instalando bancos, papeleras, barandillas y jardineras. Se completarán las actuaciones con las tareas de señalización, tanto vertical como horizontal, y con la reubicación de los semáforos de la intersección entre las calles Legión y General Astilleros.
El también vicepresidente del Gobierno local cree que la actuación en el Real será "un punto de inflexión" y que todos los barrios de la ciudad terminarán transformándose en zonas residenciales en las que el peatón y la bicicleta sean los protagonistas. Marín cree que es un proyecto hecho a medida de lo que han pedido los vecinos, a través de asociaciones y plataformas en las redes sociales, que convertirá al Real en "una de las zonas más privilegiadas de nuestra ciudad".
