En la ciudad holandesa de Nimega se celebró, del 15 al 18 de julio, la 98ª edición de la Vierdaagse, oficialmente conocida como la Cuádruple Marcha Internacional de Nimega. Esta mítica prueba cívico-militar, consiste en finalizar cuatro tramos de 50 kilómetros cada uno, recorriendo parajes de la Primera y Segunda Guerra Mundial, como el puente demasiado lejano de la operación Market Garden o el cementerio militar canadiense, donde reposan casi mil héroes caídos en combate a finales de 1944 y comienzos de 1945.
La participación melillense corrió a cargo del funcionario de prisiones Gustavo Castro Suárez, destinado en el Centro Penitenciario de Melilla desde hace casi diez años. Castro compitió en la categoría individual, habiendo completado las cuatro etapas de 50 kilómetros, a pesar de los edemas en ambas piernas, que le martirizaron durante la última etapa. Tras haber completado en febrero de este año las series mundiales de la World Marathon Majors (maratones de Nueva York, Londres, Berlín, Chicago, Boston y Tokio cumpliendo las especificaciones técnicas de la IAAF) inició una meteórica carrera de participaciones en pruebas extremas y de escalada en altitud, que finalizará en 2018 con el asalto final a la cumbre del Everest, en la cordillera del Himalaya.
Desde del hotel de concentración en Arnhem, cerca de Nimega, Gustavo Castro envió saludos a sus compañeros, a los servicios sanitarios y a los internos del Centro Penitenciario de Melilla. Asimismo, dedicó una mención especial para su gran amigo José López Luna «Luni» y a toda su familia, «melillense de pro y toda una institución en la ciudad y en la Residencia de Estudiantes y Deportistas, donde ha sentado cátedra con su simpatía, su alegría vital ante las adversidades y su buen hacer. Definitivamente, el Fútbol Sala Melilla no ha vuelto a ser ni sombra de lo que fue desde que don José salió del club», afirmó.
También dedicó un inmenso abrazo a Pedro Botello, deseándole todo lo mejor en su inminente operación de cadera. «Ojalá dentro de poco podamos verle en plena forma. Y, una vez más, saludos y una petición de paciencia a mis amigos Mariano, Hassan y el gran ‘Madriles’, trabajadores ejemplares del Estadio Álvarez Claro. A fin de cuentas, son ellos quienes deben padecer mis interminables sesiones de entrenamiento a horas intempestivas seis días a la semana».
De la presencia española también hay que reseñar el buen rendimiento de los jovencísimos cadetes del Ejército del Aire, que, por segundo año consecutivo, participaron con una gigantesca bandera de España por todo el sur de Holanda. Tampoco hay que olvidarse de los militares españoles destinados en el Eurocuerpo, con sede en Estrasburgo, que hicieron las delicias de los más pequeños repartiendo pegatinas y todo tipo de regalos.
Este año también participaron varios miembros de los Grupos Antiterroristas Rurales (G.A.R.) de la Guardia Civil y un clásico de esta prueba, un brigada de la Guardia Civil que, a pesar de sus más de 30 años de servicio y su dilatada edad, marchó con su uniforme de la Guardia Civil y la bandera de España, derrochando saludos y simpatía por todo el trayecto.
Castro informó que sólo quienes consiguen cubrir la distancia estipulada pueden obtener la Cruz de Nimega. En esta edición participaron 46.000 personas, habiéndose quedado sin dorsal casi 8.000 aspirantes, que deberán esperar a otro año, teniendo en cuenta la masiva participación y peticiones.
La Vierdaagse de Nimega fue fundada a comienzos del siglo XX, en concreto en 1906, por lo que es la prueba cívico-militar más antigua, de mayor prestigio y masiva participación del mundo. Participan civiles y equipos militares especializados de todos los países integrantes de la OTAN. Este año participaron equipos militares de Estados Unidos, Canadá, Noruega, Francia, Alemania, Suecia, Gran Bretaña, Austria y España, entre otros.
También es posible participar a título individual como civil o militar, incluso formando equipos de civiles adscritos a fuerzas policiales o de seguridad, como la Gendarmería de Francia, la policía británica o el simpático equipo de funcionarios de prisiones de Irlanda del Norte, un clásico en esta competición.
En la última jornada, los equipos y participantes fueron recibidos en loor de multitudes por miles de espectadores y autoridades civiles y militares. La Vierdaagse terminó con el desfile, por la vía Gladiola, de los ‘héroes’ que consiguieron completar los 200 kilómetros, y la posterior imposición de la Cruz de Nimega. La magnífica organización del evento desplegó amplios medios logísticos y sanitarios, con el fin de evitar que las altísimas temperaturas y la humedad impidieran a los participantes alcanzar la línea de meta.
Cabe destacar la sobria celebración de los actos del último día de la prueba, con toda Holanda conmocionada por el derribo del vuelo MH17 de Malaysia, que despegó de Ámsterdam.
Los organizadores de esta prestigiosa prueba de resistencia ya tienen la fecha fijada para la próxima edición, la IXCª, que se celebrará del 21 al 24 de julio del próximo año.
Próximos objetivos de Gustavo Castro
El 7 de octubre de este año, el melillense se unirá a una expedición en Tanzania, con el objetivo de intentar el asalto a la cumbre del monte Kilimanjaro, la montaña más alta de África, con 5.895 metros. El 31 de diciembre competirá en la San Silvestre Vallecana, teniendo dorsal garantizado para participar con la élite, tras haber conseguido la marca mínima en la competición oficial de los 10.000 metros.
