El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, ha aprovechado la tercera visita del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, para pedirle su apoyo en la aspiración de Melilla a abrir un nuevo paso fronterizo a medio camino entre el de Beni-Enzar y Barrio Chino. El titular de Interior se comprometió a hablar con su homólogo marroquí para "convencerle" de que es "un buen negocio" para ambos países tener una quinta puerta entre los dos. Imbroda recordó que la Ciudad Autónoma está haciendo unas obras para construir una carretera y un puente sobre el arroyo Mezquita que conecten el Polígono Industrial Sepes y el perímetro fronterizo a la altura de la casa Hyundai. Este proyecto será inaugurado esta misma semana, pero la idea del Gobierno local es que en ese nuevo nudo de comunicaciones se pueda abrir un nuevo paso fronterizo para el desarrollo de Melilla en todos los sentidos. "Lo están pidiendo los distintos sectores de la ciudad", recordó Imbroda tras recordar que se trata de "una viejísima aspiración melillense" debido al "problema grave" de saturación e intensidad del tráfico que soportan los cuatro pasos ya existentes.
El ministro compartió la idea de Imbroda al considerar que un nuevo paso "sería muy bueno para Melilla y para el entorno de Marruecos", de ahí que avanzara que hará todo lo que esté en su mano para que pueda ser una realidad, aunque eso dependerá también de la voluntad del país vecino.
Aglomeración
Con un nuevo paso, se favorecería el intercambio en beneficio de las dos partes, apuntó Fernández Díaz, que ayer pudo ver en primera persona la sobresaturación que sufre la aduana de Beni-Enzar. Durante la visita que tenía programada a la frontera, en la que estuvo acompañado del delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, el presidente Imbroda y los máximos responsables de la Policía y la Guardia Civil, el ministro presenció una aglomeración de porteadores que llenaba toda la zona de tierra de nadie, aunque la situación no fue a mayores.
Según explicó Fernández Díaz a posteriori, acudió al paso fronterizo a sabiendas de lo que allí estaba sucediendo, ya que "nada mejor que ver las cosas para intentar hacer lo posible para evitarlas".
En concreto, la aglomeración de ayer se debió, tal y como indicó el ministro, porque las autoridades marroquíes habían cerrado el paso de Barrio Chino y seguían en marcha las obras de Beni-Enzar, que terminarán en agosto. Una vez que se reabra el principal paso entre Marruecos y Melilla, "en principio una situación como la de hoy [por ayer] no se debería volver a vivir", dijo Fernández Díaz, que también defendió los controles de seguridad que se llevan a cabo en los pasos fronterizos porque si no se hicieran, habría aglomeraciones "con consecuencias no deseables para la integridad de las personas".
