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PP y CPM unen sus votos para sacar adelante el Pacto por la Interculturalidad

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Casi dos años de tramitación, ocho comisiones y un debate de hora y cuarto en la Asamblea han sido necesarios para que Melilla tenga al fin su Pacto por la Interculturalidad. Un documento que, tal y como lo definió el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, tiene como objetivo “profundizar en el respeto, la convivencia, la paz y la solidaridad” y que supone un punto de partida en un camino en el que todas las formaciones políticas, entidades sociales, culturales y religiosas de Melilla vayan juntas “hacia una ciudad mejor independientemente del Dios en el que crea cada uno”. Pese al esfuerzo del Gobierno por sumar apoyos en este ambicioso proyecto, solo consiguió el respaldo de Coalición por Melilla (CPM), ya que el PSOE se abstuvo y PPL votó en contra.

El Pacto por la Interculturalidad abarcó prácticamente toda la sesión plenaria celebrada ayer en un horario inusual, las siete de la tarde, en el que hubo más debate y entendimiento que crispamiento. De hecho, Imbroda concedió más tiempo del establecido a los grupos de la oposición, e incluso dobló los tiempos del segundo turno para que nadie se quedara sin poder expresar lo que pensaba acerca de este pacto, al igual que ha ocurrido a lo largo de los dos años que ha durado su tramitación, en los que más de medio centenar de entidades melillenses han aportado su granito de arena a la declaración aprobada ayer.

Imbroda lo dijo en su turno de palabra, el último de este punto del orden del día, en el que dejó claro que “lo que toca ahora son momentos de armonía, de consenso y de comprensión” para sacar adelante un Pacto por la Interculturalidad requerido por la sociedad y que pretende servir de ejemplo no solo a los ciudadanos que forman hoy la sociedad melillense, sino también “para que nos vean desde el exterior como nos deben ser”.

Un pacto basado en el diálogo y que debe servir para “trabajar todos para que esta ciudad sea cada día más perfecta, y una gran película que tenga un gran final”, ya que los melillenses lo merecen. “Debemos cuidar ese futuro entre todos juntos”, quiso hacer ver Imbroda, en cuya opinión “es muy difícil, por no decir imposible, oponerse a esta bondad después de que han escrito más de 50 organizaciones” para contribuir a hacerlo posible.

Sin embargo, sí hubo un grupo que votó en contra, los dos diputados de PPL, a los que Imbroda reprochó su gesto porque “no están preparados químicamente para votar a favor” de un pacto de estas características. El PSOE tampoco dio su voto a favor, pero pese a las críticas que transmitió su diputado Dionisio Muñoz, finalmente no se opuso frontalmente y se abstuvo. Según Imbroda, porque la formación socialista “entiende que esto es un éxito y hay que evitarlo, les importa un comino y están por otra cosa”.

El apoyo cepemista
Frente a la falta de apoyo de los grupos minoritarios, CPM sí votó a favor y permitió con su respaldo que este Pacto por la Interculturalidad saliera con una abrumadora mayoría de la Asamblea, concretamente por 19 votos a favor, dos abstenciones y dos votos en contra. Pero el apoyo cepemista no estuvo exento de crítica, ya que el líder de la oposición, Mustafa Aberchán, recordó que su partido ha estado defendiendo esta cuestión “desde que nos hemos definido ideológicamente”.

Tanto es así, que recordó que en 1997, con motivo del V Centenario de Melilla, ya pidió al Gobierno “un gran compromiso de respeto, de cohesión y de equilibrio” para crear un espacio de interculturalidad garantizando la diversidad “que tanto es para nuestro Pueblo”. También en 2006, aprovechando la visita del entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, CPM propuso que Melilla apareciera en el proyecto de la Alianza de Civilizaciones como “un ejemplo de la Jerusalén deseada, donde conviven las religiones y culturas de forma ejemplar, y se pueda exteriorizar” a otros lugares.

Aberchán expresó su apoyo al Pacto por la Interculturalidad o Pacto Social, pero al mismo tiempo exigió al Gobierno “un giro de ciertas políticas sociales” que lleva a cabo la Ciudad Autónoma y que CPM entiende que “no van en la dirección de garantizar ese respeto a la diversidad desde la igualdad y justicia social”.

Además, también planteó dos propuestas. Por un lado, la necesidad de establecer unos elementos correctores para evaluar este pacto, y por otro, incluir en él referencias hacia la inmigración, tal y como recomendaba un informe elaborado por la Universidad de Granada: “El tema de la inmigración es muy importante porque si la ciudad no está preparada, nos manda al garete a todos y tenemos que educar en valores universales que a lo mejor mañana podemos necesitar”, advirtió el líder cepemista.

También hizo hincapié en otra cuestión, y es la importancia de “comprometerse” con el Pacto por la Interculturalidad, habida cuenta que los representantes políticos de la Asamblea y el Gobierno pueden ser distintos en un futuro. “Una de dos: o hacemos una ciudad donde los ciudadanos diversos estén más cerca, o se radicalizarán más”, subrayó Aberchán antes de agregar que eso dependerá “de la confianza con la que nosotros vertebremos nuestro discurso”.

Recomendación del Consejo de Europa
El portavoz del Grupo PP, Daniel Conesa, fue el primero en agradecer el “tono constructivo” de CPM y sus “aportaciones interesantes” para que pudiera salir adelante el Pacto por la Interculturalidad con un mayor apoyo, al tiempo que recordó la importancia que para Melilla tiene este proyecto, habida cuenta que el Consejo de Europa ha advertido a las sociedades europeas del riesgo que supone no trabajar en la línea de la interculturalidad, que es “un asunto estratégico y garantía de progreso, de desarrollo y justicia social”. “Si no avanzamos en esta línea, no podremos avanzar en otras”, dijo el portavoz.

Por el contrario, lamentó la postura de los dos grupos minoritarios. Sobre PPL, Conesa criticó que el debate del Pacto por la Interculturalidad “no va” con la filosofía de dicha formación política a pesar de la importancia que tiene para Melilla el asunto. Respecto al PSOE, calificó como “lamentable” su postura, máxime cuando a nivel nacional esta formación ha aprobado diferentes resoluciones políticas nacionales y locales encaminadas al desarrollo de la interculturalidad.

Pero además de esta “contradicción” del PSOE, Conesa fue más crítico con la intervención del diputado Dionisio Muñoz, que llevó el debate en su grupo, si bien recordó que el socialista ya tuvo años atrás un incidente con el que entonces era parlamentario en la Asamblea y miembro del Ejecutivo, Abdelmalik El Barkani, “cuestionando su capacidad en función de su origen”, lo cual “estuvo muy feo” y demuestra el poso [de Muñoz] a la hora de abordar estas cuestiones”.

De este modo, el Ejecutivo quiso responder a los argumentos esgrimidos por PPL y PSOE para no dar su voto a favor, los cuales Conesa consideró que estaban vacíos de contenido. En esencia, la formación socialista pidió en el Pleno más tiempo para debatir este asunto, ya que si se aprobaba sin la unanimidad de la Cámara sería “un brindis al sol”, además de “papel mojado”. Según Muñoz, este pacto debería mostrar un mayor compromiso por parte del Ejecutivo en vez de quedarse en el enunciado, y muestra la “ineficiencia” del Gobierno para consensuar. A su juicio, lo único que se consigue es “manosear la interculturalidad” de la ciudad.

PPL, por su parte, se limitó a decir que en 14 años de Gobierno no se había hecho nada en este sentido. Sin embargo, el consejero adjunto a la Presidencia, Javier González, lo desmintió al asegurar que sí se había hecho bastante. “Ahora que avanzamos no nos digan que no lo hagamos”, pidió desde su escaño, en el que puso en valor la enorme participación que ha obtenido este pacto, con el que la Ciudad Autónoma busca “la interculturalidad, el reconocimiento y el respeto auténtico de la diversidad, de identidades étnicas, creencias religiosas y conceptos artísticos y socioeconómicos de la población”, cuestión que es diferente a la multicultural, que resulta de la “gestión de diferentes culturas que se aceptan y se toleran”.
“Todo lo que incluimos en esta declaración es garantía de que va a ser un pacto de ciudad”, insistió González, que aclaró que este proyecto es “una declaración de Estado que vale para toda la ciudad” y que no es equiparable a “hacer un polideportivo arriba o abajo”. Además, si el Pacto por la Interculturalidad saliera por unanimidad se podría aprovechar para acceder a la declaración de Melilla como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, subrayó González.

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Redacción

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