Manuel Sánchez explicó que el centro penitenciario de Algeciras actúa como puerta de entrada de la península y de la propia Unión Europea para un gran número de extranjeros infractores y es de los que acusa una de las cifras más elevadas de población reclusa. En la actualidad haya 1550 reclusos de los que alrededor de 500 son extranjeros.debido al condicionamiento geográfico de la cercanía del África Subsahariana y del Magreb por lo que suele renovarse con mucha frecuencia ya que son reclusos con carácter de transitoriedad. El subdirector de Tratamiento del Centro Penitenciario de Algeciras expuso que la política migratoria va a afectar a ámbitos como son el derecho penal y el derecho penitenciario. “Vemos que esta política migratoria protectora respecto al extranjero infractor establece una serie de medidas para impedir que el extranjero infractor acceda a nuestro país”. Sin embargo considera que se ámbito de política migratoria en el derecho penitenciario, en nuestro sistema, actúa de manera diferente según se trate de reconocimiento de derechos o de la propia forma de ejecución. Y así en el ámbito de reconocimiento de derecho ”tenemos una política penitenciaria muy garantista, ya que la garantía de derechos prevalece frente a la modulación de derechos que realiza la propia ley de extranjería respecto a los extranjeros dependiendo si tienen que regularizar su situación o si están empadronados y así se articulan una serie de derechos que pueden ser modulados, porque nuestra legislación penitenciaria los garantiza”.
También hizo un recorrido por derechos que la legislación reconoce en igualdad de condiciones que potencian o al menos no excluyen, el ser extranjero en un centro penitenciario como son el derecho al trabajo, a la educación a la asistencia sanitaria, “pero sin embrago en el ámbito de la propia ejecución de la pena, la política de extranjería proporciona muchas veces las vías de reinserción porque muchos de los extranjeros ni siquiera han estado insertados en nuestra sociedad, una paradoja legal”.
