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Juan R. Benítez Yébenes, magistrado de la sección séptima de la Audiencia de Málaga en Melilla

“El estado de derecho no puede permanecer impasible ante el fenómeno de la inmigración”

melillahoy.cibeles.net fotos 914 Yebenes

El juez de vigilancia penitenciaria en Melilla en régimen de compatibilidad y coordinador del curso habló en su ponencia de los extranjeros privados de libertad y no solamente en instituciones penitenciarias sino en centros administrativos como son los CIES donde están pendientes de que se les expulse, e incluso de aquellas personas que no estando privadas de una libertad ambulatoria, se pueden mover con relativa libertad, “aunque el hecho de estar sujetos a un determinado régimen de vida, -dijo-, hace que, en ocasiones vivan, en una especie de semiesclavitud que supone también una privación de libertad. Yébenes calificó de "muy complejo y poliédrico", el fenómeno de la inmigración por lo que considera que el estado de derecho no puede permanecer impasible ante esta situación y debe que afrontarla desde múltiples aspectos. El juez se centró en la respuesta penal, es decir, el tratamiento penal de la inmigración que tiene dos vertientes. Una, la explotación del trabajador extranjero y otra la inmigración ilegal, el tráfico ilegal de personas y la forma en que están tipificadas estas conductas en el Código Penal. “Existe un tipo básico que consiste en determinados tipos agravados, en función del medio empleado o la finalidad, y otro tipo atenuado porque, evidentemente, hay que tener en cuenta que el problema de la inmigración es muy complejo porque está inmerso en el derecho natural por el que todo ser humano quiere mejorar su estatus de vida”. Para Yébenes, no es lo mismo la respuesta que tiene que dar el derecho ante una persona que está asentada en cualquier país de la UE y que quiere regularizar su situación y la de su familia, que la de aquellos que hacen de esta situación su negocio, traficando para obtener pingües beneficios a través de la explotación”.

El magistrado comentó que, en consecuencia, existen muchos puntos de vista diferentes ante la inmigración. “En la mayoría de los casos se trata de una desgracia personal de la que lamentablemente hay muchas personas que hacen su agosto”, y a modo de ejemplo recordó que en la época colonial se traficaba con las personas de color, mientras que en el siglo XXI se trafica de otra. "Ese es un negocio del que vive mucha gente y el estado no puede cruzarse de brazos, ni la sociedad tampoco, por lo que hay que dar soluciones según el tipo de conducta de la que se trate".

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Angel Melendez

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