El sábado, el presidente de Coalición por Melilla (CPM), Mustafa Aberchán, anunció que este viernes habrá una manifestación para protestar por lo que está sucediendo en Palestina. Ayer, el portavoz del Gobierno, Daniel Conesa, dejó claro que el Ejecutivo "no comparte" esta convocatoria. "Si estuviésemos convocando una manifestación por cada conflicto terrible que se está produciendo en el mundo, desgraciadamente, no pararíamos". En rueda de prensa, Conesa dejó claro que al Gobierno de Melilla le "produce horror" la "guerra encarnizada" entre Israel y Hamas, que gobierna en Gaza. "Está produciendo un dolor que es indescriptible, a ninguna persona de buen corazón no pueden dejar de sobrecogerle las imágenes terribles que cada día nos llegan mediante los medios de comunicación".
El portavoz apostó por que las organizaciones internacionales hagan "todo lo posible" por que haya paz en la zona, "para que Israel y Palestina vivan sin sufrir las consecuencias de una guerra terrible". Sin embargo, manifestó, lo que no gusta al Ejecutivo de la Ciudad es que estos conflictos se trasladen al ámbito de Melilla. "No nos gusta porque conflictos horrorosos se están produciendo a día de hoy en distintos lugares", indicó Conesa, que puso como ejemplo lo que está pasando en Siria o en Nigeria, "donde se están masacrando a los cristianos por el mero hecho de ser cristianos".
Además, la convocatoria de CPM "entra en contradicción" con uno de los puntos del recientemente aprobado Pacto por la Interculturalidad. Según explicó Conesa, el Pacto recoge que, "sin menoscabo del derecho de expresión y manifestación, y respetando la autonomía de decisión de los distintos partidos políticos, los Grupos firmantes procurarán evitar que Melilla sea caja de resonancia de conflictos identitarios basados en la religión o etnia y generados o desarrollados en otros lugares del mundo".
En opinión del portavoz del Gobierno, "no es bueno trasladar a Melilla" manifestaciones por este tipo de conflictos, sobre todo teniendo en cuenta que la ciudad tiene una "composición poblacional y sociológica diferente a las de otras ciudades de España". De ahí que Daniel Conesa pidiera a CPM que, "aunque compartiendo el desgarro por lo que ocurre", lo "piense dos veces antes de realizar este tipo de convocatorias", aunque, eso sí, "respetando la libertad de los partidos para expresarse".
"La convivencia es algo frágil", subrayó Conesa, que recordó cómo en Semana Santa de 2013, "por un hecho sin importancia al paso de una procesión, se generó una polémica innecesaria que trajo perjuicios a la convivencia entre comunidades". Y es que, insistió, "exaltados hay en todos los colectivos", y "basta que en una ciudad de 85.000 habitantes haya un 0,5 por ciento de exaltados para que pueda ocurrir un problema".
