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Difícil, pero no imposible

El incremento continuo de automóviles en una ciudad de extensión limitada, va siempre por delante de las soluciones. Habrá que buscar la forma de que alguna vez la oferta de plazas de aparcamiento supere la demanda. Difícil, aunque no imposible El éxodo vacacional de los melillenses en los meses álgidos del verano como son julio y agosto produce un notorio alivio en el tráfico que se genera en los inamovibles trece kilómetros cuadrados sobre los que se asienta Melilla. Pero donde más se nota el descenso que en estas fechas experimenta el número de vehículos rodados es en las plazas de los más que deseados aparcamientos. Estos días resulta incluso posible encontrar algún que otro espacio libre en el centro urbano melillense.

Lo que está claro es que los melillenses priorizan su vehículo propio a la utilización del transporte público, en un porcentaje muy superior al de las ciudades peninsulares De hecho, así lo reflejaba el informe sobre movilidad sostenible, enmarcada en el seno del "Observatorio para la sostenibilidad de Ceuta y Melilla". Si añadimos el hecho irrebatible de que la superficie melillense es la que hay y que el número de vehículos aumenta progresivamente, el aparcamiento es, sin duda, uno de los más serios problemas que afectan al devenir diario de los ciudadanos.

En consecuencia, la propensión, muy acentuada en Melilla, de los conductores a realizar la mayor parte de sus desplazamientos diarios en coche y el aumento del parque de vehículos impulsan de manera determinante el caos circulatorio, aunque entre las causas generales de las congestiones se encuentra el modelo productivista y el consumo que cada vez con más intensidad se viene implantando en la sociedad actual.

Un cúmulo de circunstancias, por tanto, que requiere la puesta en marcha de una serie de medidas conjuntas para solucionar, al menos en parte, el grave problema de la circulación en Melilla.

Con la intención de paliar al menos este problema los gestores de la Ciudad están implantando una serie de medidas como la puesta en marcha de los parkings de Isla Talleres y Cruz Roja, la construcción de dos grandes rotondas. En diciembre pasado la de Duquesa de la Victoria y tres meses después una segunda en la misma avenida, encaminadas a complementar la entrada en funcionamiento del aparcamiento ubicado en el solar que ocupaba el antiguo centro hospitalario melillense y que aportará 148 plazas a la zona y que junto al gran parking subterráneo en el terreno de la denominada "Isla de Talleres", situada entre la Avenida de la Democracia, la Plaza de España y la Avenida de la Marina Española, con 707 plazas, aunque algunas no se destinarán a rotación. Dos nuevas zonas de aparcamiento a cargo de la empresa Siecark que después de Feria, según anunció Imbroda en la última sesión plenaria celebrada a finales de julio, entrarán en funcionamiento una vez terminado su equipamiento y que supondrán un alivio a la caótica ausencia de estacionamiento del centro urbano.

Unas medidas que podrán paliar, pero ni mucho menos solucionar, la situación circulatoria local, ya que el incremento continuo de automóviles en una ciudad de extensión limitada, va siempre por delante de las soluciones. Habrá que buscar la forma de que alguna vez la oferta de plazas de aparcamiento supere la demanda. Difícil, aunque no imposible.

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