El presidente melillense, Juan José Imbroda, destacó ayer las “bondades” que supondrán las obras de remodelación de la frontera de Beni-Enzar, ya que además de incrementar la agilidad y seguridad en el paso, también mejorará la relación comercial con el país vecino. En rueda de prensa, Imbroda aplaudió esta actuación del Ministerio del Interior, que está a punto de finalizar después de cinco meses de obras en el paso fronterizo, ya que permitirá que los melillenses vean cumplida “una viejísima aspiración” de poder pasar de un lado a otro en poco minutos, sobre todo los fines de semana.
Para conseguir este objetivo, era necesario “reordenar y hacer una obra importante para que fuera una frontera flexible, ágil y más europea de lo que estaba siendo”, admitió Imbroda antes de destacar que antes incluso de que esté terminada, ya empieza a notarse una mayor fluidez gracias a la apertura de más carriles, que pueden llegar a ser hasta seis.
Esto beneficiará al desarrollo socioeconómico de Melilla, insistió Imbroda antes de mostrar su alegría por el hecho de que se haya llevado a cabo esta obra, de la que recordó que era un compromiso del Ministerio del Interior en el que el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, “ha peleado mucho” para que fuera realidad. “Aparte de llevarse guantadas cuando uno ha estado cuatro horas esperando en la frontera, también habrá que decir cuando no se tarda ni cinco minutos en pasar”, comentó.
Asimismo, apuntó que una vez que este paso fronterizo esté plenamente operativo, la Ciudad Autónoma abordará con Interior otra aspiración como es la apertura de un nuevo paso entre las fronteras de Beni-Enzar y Barrio Chino, para lo que el Gobierno melillense ya ha construido un puente de acceso desde el Polígono del Sepes y la carretera de circunvalación.
Si finalmente se lleva a cabo esta aspiración, supondrá la llegada a Melilla de más efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado “para que esté atendido en condiciones”.
