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“Impasse” estío, otoño

Lo mismo que en el Gurugú, debería ocurrir en Melilla con ese otro campamento de sirios de los alrededores del CETI. Querer es poder. Si la Delegación del Gobierno tuviera verdadero interés en erradicarlo, ya lo habría hecho. Durante la madrugada de ayer los termómetros melillenses no bajaron de los 35º. Una temperatura que supera el ecuador señalado por los meteorólogos para conciliar el sueño con normalidad y asegurar el necesario descanso. Y es que en Melilla cuando está a punto de finalizar el mes de agosto y durante la celebración de los festejos patronales de la ciudad los primeros días de septiembre, la ciudad suele soportar una oleada de calor incluso superior el resto del estío.

Sin embargo, en otros ámbitos, como el político o incluso en asuntos de inmigración parece que los “calorines” en cierta forma se han enfriado. En el primero de los casos, una vez que finalice totalmente el “impasse” vacacional y comiencen las estaciones de otoño e invierno se irán calentado los ánimos, porque nadie tiene duda que nos espera una “primavera caliente” y bien caliente con la celebración de las, en este momento, decisivas elecciones autonómicas, esenciales para el futuro de la ciudad durante los próximos cuatro años. Una cita con las urnas en las que habrá que pensar muy bien cuál es la mejor opción política para que Melilla dé los pasos necesarios, con una cierta garantía y esperanza, hacia un futuro mejor.

Pero de momento la ciudad experimenta una cierta calma incluso fronteriza en cuanto a presión migratoria. Una situación directamente relacionada con la actitud y el nivel de colaboración que, en cada momento, adopten las autoridades marroquíes. Y lo cierto es que cuando toman medidas como el reciente desalojo de los campamentos de inmigrantes establecidos en el monte Gurugú los reflejos en Melilla son inmediatos, como lo demuestra el hecho de que de momento los intentos de salto a la valla fronteriza han cesado. Lo mismo debería ocurrir en Melilla con ese otro campamento de sirios de los alrededores del CETI. Querer es poder. Si la Delegación del Gobierno tuviera verdadero interés en erradicarlo, ya lo habría hecho. En su día ya lo consiguió con el que de forma similar montaron los subsaharianos afincados en el Cerro de la Palma Santa. Aunque también es cierto que no se afrontó con auténtica seriedad la situación hasta que se produjo el incendio en las chabolas. Esperemos, por tanto, que no tengamos que llegar al extremo de que se produzca una desgracia con resultados irreparables para que se solucione el problema.

Mientras tanto ayer en una sesión plenaria matinal, tras un debate de veinte minutos, la Asamblea aprobó la concesión de las Medallas de Oro, máxima distinción que otorga la Ciudad a la Universidad de Granada, UGR, y al oficial del Cuerpo Nacional de Policía, Carlos Javier López Martínez, en reconocimiento, en el primero de los casos, a la labor que realiza en la formación de los melillenses y en el desarrollo socio -económico de la ciudad, y en el otro por el acto heróico que protagonizó el miembro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, en unión de otros dos compañeros, cuando rescataron a un señor mayor que había caído en la vía del tren momentos antes de llegar el ferrocarril
Y hoy la ciudad da los últimos coletazos al verano, inmersa en una Feria que arranca esta noche y que a su término dará paso a un nuevo curso político de vital trascendencia.

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