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Los días anteriores y posteriores los melillenses se relajan. Los feriantes pagan aquí hasta tres veces menos por el sitio, pero llegan a abonar 7.000 euros por venir en barco

El Día del Niño duplica la venta de entradas a las atracciones, pero no los beneficios de los feriantes

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Los feriantes entienden iniciativas como el Día del Niño, con las atracciones a mitad de precio, cuando se llegan incluso a duplicar las entradas, pero no los beneficios, porque los padres se estaban reservando hasta ayer para montar a sus hijos en los 'cacharritos'. "Nosotros lo único que ganamos es una aglomeración", según uno de los feriantes. Llegan a pagar hasta 7.000 euros por trasladar en barco toda la maquinaria, pero el precio del sitio vale aquí hasta tres veces menos que en otras ciudades. Muchos llevan de feria en feria toda la vida. "Esto es un empleo de temporada, como en el campo, trabajamos de abril a octubre". Ayer fue "uno de los días fuertes" para los feriantes. El Día del Niño, con las atracciones a la mitad de precio, consiguen, incluso, duplicar las ventas, sin embargo, no se duplican, ni mucho menos, los beneficios. Francisco García es el dueño del Dragón. Lleva viniendo desde el año 2000 a la ciudad. "El Día del Niño es un acierto, pero el día posterior y el anterior se nota en la recaudación, por ejemplo, el lunes vendí la mitad de entradas, hoy es un día fuerte, pero ya mañana vuelve a haber un bajón". Así, si consiguió duplicar las ventas ayer, otros muchos días se reducen a la mitad. Hasta el punto de que Miguel López, el dueño del castillo hinchable, sólo había vendido treinta entradas desde que comenzó la feria hasta ayer por la mañana, confiando en que el Día del Niño surtiera efecto, de lo contrario, poca rentabilidad le iba a sacar a estas fiestas. Explicó que ha pagado 426 euros en el billete de barco y que abona 144 euros por el sitio en la explanada de San Lorenzo, incluyendo la luz y el agua. Según estima, no ganará más de 1.000 euros en la feria, con lo cual, el beneficio será de unos 500. Pese a que por el sitio pagan en otras ciudades hasta el triple de lo que abonan aquí, el transporte les pasa factura. "El sitio aquí es más barato, en otras ciudades pago 400 euros, pero no tengo que invertir el billete en barco". Miguel no es de los que más paga para venir hasta Melilla, otros abonan como mínimo 4.000 euros y han llegado a pagar hasta 7.000 para transportar maquinarias y venir toda la familia, además de los trabajadores. Normalmente, los feriantes vienen con la casa a cuestas, como Pedro, el dueño de los coches de choque. Es de Málaga y lleva 37 años viniendo a Melilla, casi desde que nació. Es un negocio familiar, pero, ¿quiere que sus hijos continúen con él? Prefiere no pensarlo, porque son muy pequeños, apenas tienen tres y cuatro años. Reconoce que es un trabajo sacrificado, pero también hay muchos otros que lo son y en este, al menos, es su jefe. En este trabajo, como en otros, hay que ir innovando y ofreciendo cosas diferentes, sin embargo, de un tiempo a esta parte, Pedro trabaja para mantenerse. "Nosotros tenemos que luchar para mantenernos e invertir para mejorar, ahora mismo sólo podemos luchar para mantenernos". Hasta ayer, había visto la Feria de Melilla "más floja" que otros años, con entre un 20 y un 30 por ciento menos de recaudación, y no tenía muchas esperanzas en el Día del Niño, no porque no fuera gente a montarse en los coches, sino porque no se verá reflejado en los beneficios finales. "Para nosotros no es un beneficio, lo único que conseguimos es una aglomeración muy grande". Pedro se quejó, además, de algo que ve aquí y no en el resto de España, que los padres no montan a los niños en los 'cacharritos' hasta por la noche. "Empiezan a llegar muy tarde", aseguró. Pedro conoció la feria en el Parque Hernández, como Francisco. Éste último la sigue prefiriendo, porque considera que era más familiar y los melillenses invertían más en las atracciones en aquellas. "Los comerciantes estaban al lado, los padres iban y venían de las casetas a las atracciones y las heladerías y los bares trabajaban al mismo ritmo que nosotros". Entonces, las atracciones costaban en torno a dos euros. La recaudación de ahora, según Francisco, se remonta al año 2002, "como cuando entró el euro, durante la crisis bajó bastante, hemos remontado un poco en los últimos dos años y ahora intentamos mantenernos".

Empleo de temporada
Niños de entre cinco y diez años, sobre todo, se montaron ayer en El Dragón, algunos, con miedo, lo hicieron con sus padres. Otros prefirieron tomar el volante e intentar no chocar demasiado con el de enfrente, o, todo lo contrario, avasallar al adversario. Algunos, sin más, prefirieron los saltos en el castillo hinchable, o el tradicional tiovivo, entre los más arriesgados que probaron a ver el mundo con la cabeza boca abajo en alguna de las atracciones más llamativas. Mientras tanto, los feriantes "intentamos cuidar a la clientela", claro que ayer, teniendo en cuenta que el precio era más barato, se repartieron pocos globos. El desembolso para venir a Melilla es "importante" y las ganancias no tantas, pero sí para lo suficiente: "Esto es un empleo de temporada, como en el campo, trabajamos de abril a octubre". Tras Melilla, toca recorrer otras ferias, pero, al menos por este año, queda poco para descansar, gastar y guardar hasta la próxima.

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Rosario Lopez

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