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Unos 60 inmigrantes entran en Melilla en varios saltos simultáneos por toda la valla

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Unos 60 inmigrantes accedieron ayer a Melilla en varios saltos simultáneos a lo largo de toda la valla fronteriza, que empezaron en la zona cercana al paso fronterizo de Farhana pasadas las siete de la mañana y acabaron en el Dique Sur. Allí fue donde finalmente lograron burlar todos los sistemas de seguridad de la valla y el control de los agentes, gracias también a que iban equipados con ganchos artesanales y zapatillas preparadas con tornillos incrustados en las suelas, con los que consiguieron escalar con más facilidad el perímetro y la malla antitrepa. De hecho, la de ayer fue la entrada de inmigrantes más numerosa desde su instalación hace cuatro meses tras una inversión superior al millón de euros por parte del Ministerio del Interior. Según informó ayer la Delegación del Gobierno, el éxito del intento de ayer se debe a una “estrategia muy organizada y dispersa desde un extremo a otro de la frontera de Melilla”. La asociación de guardias civiles AUGC, también destacó en las redes sociales el uso de “nuevas tácticas de ataque a la valla” por parte de los inmigrantes, entre ellas los garfios y los saltos simultáneos para dividir a los agentes españoles y marroquíes que custodian la frontera.

Ayer fueron alrededor de 300 los inmigrantes que intentaron entrar cerca del paso fronterizo de Farhana, pero las fuerzas auxiliares marroquíes impidieron que la mitad se acercara a la valla, frustrando el intento por esta zona. Los otros 150 subsaharianos siguieron intentándolo recorriendo en paralelo la valla, y de hecho en el Río de Oro volvió a darse una nueva tentativa sin éxito.

Bossa por el paseo marítimo
Al final, los inmigrantes llegaron hasta la zona más situada al sur del perímetro, cerca de la frontera de Beni-Enzar, donde se registró la entrada de unos 60. Todos recorrieron el paseo marítimo con sus clásicos cánticos de “bossa, bossa”, su grito de victoria, dejando a su paso las ropas y las zapatillas que llevaban preparadas específicamente para sortear la malla antitrepa.

Algunos de los inmigrantes se quedaron en la Jefatura Superior de Policía, mientras otros decidieron seguir hasta el CETI a través de la Avenida de la Democracia, la Avenida Duquesa de la Victoria y la Carretera de Farhana. Una vez que llegaron allí, fueron recibidos por algunos de sus compañeros de campamento en el Gurugú y después el personal sanitario de Cruz Roja les aplicó el protocolo para detectar posibles casos de ébola.

Según explicaron desde la ONG, estas pruebas se llevan a cabo desde que el pasado verano se activó la emergencia sanitaria, y consiste básicamente en tomarles la temperatura y preguntarles su procedencia y el tiempo que han pasado en los países con potencial peligro para descartar que pudieran estar infectados por el virus. Así ocurrió ayer, dado que la mayoría de los inmigrantes procedían de Malí y llevaban mucho tiempo en el monte Gurugú. Algunos de ellos incluso varios años, tal y como explicó a este Periódico el diputado de Amaiur Jon Iñarritu, que a finales de agosto estuvo precisamente con ellos.

Más presión por el debate
En el intento de entrada de ayer no hubo ningún herido, según informó la Delegación del Gobierno, que insistió en su teoría respecto al riesgo que conlleva este modelo de inmigración irregular basado en entrar a la fuerza por la valla. No en vano, subrayó el peligro que supone para los propios inmigrantes y los agentes.

Otra de las cuestiones en las que incidió la institución gubernamental fue el hecho de que se haya “recrudecido” la presión migratoria en octubre. No en vano, el de ayer fue el octavo intento de en lo que va de mes, el séptimo por la valla y el tercero en menos de una semana. De hecho, cuando aún no se había apagado la polémica del último salto, sucedido el pasado miércoles, volvía a haber nuevo intento de entrada ayer muy temprano, cuando aún era de noche.

El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, atribuyó este repunte de la presión migratoria al debate abierto en torno a la valla y la actuación de los agentes en ella. “La presión migratoria sobre Melilla se recrudece cada vez que se inicia un debate tendencioso y parcial en el que se pone en tela de juicio la actuación de la Guardia Civil en la defensa de la frontera sur de Europa. Este tipo de debates, a base de manipulación y demagogia, debilitan nuestro sistema y fortalecen únicamente a las mafias que promueven este modelo de inmigración de asaltos masivos y a la fuerza”, dijo el delegado.

Con la entrada de ayer lunes, se agrava ligeramente el estado de saturación del CETI, donde hay más de 1.200 acogidos, cerca del triple de su capacidad máxima, que es de 480 plazas.

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Redacción

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