Muchas veces los españoles nos preguntamos ¿cómo es posible que un presidente autonómico pretenda convocar un referéndum en su autonomía para preguntarle a los ciudadanos de su Región si quieren o nó ser españoles? Basta una breve ojeada a nuestra Constitución para saber que eso es imposible, ya que cualquier referendum tiene que ser convocado por el Gobierno de la Nación y debe de ser para todos los españoles sin discriminación de ningún tipo. Y yo me pregunto… Si un ciudadano de a pie como yo sabe esto, ¿no lo sabe sobradamente el presidente Anturo Más y todos los dirigentes de las agrupaciones políticas que participan activamente en el Parlamento Catalán?… ¡Pues claro que lo saben! El problema es que si en su programa político, desde un primer momento, estuviera como uno de sus puntos la independecia de Cataluña del resto de España, evidentemente no ganarían las elecciones, porque los independentistas "independientes" en Cataluña siempre han sido una minoría, de hecho, así se les ha llamado siempre: "La Minoría Catalana".
Sin embargo, Juan Pujol, y su delfín, Arturo Mas, sí pertenecen a ese grupo minoritario independentista: desde un punto de vista conservador; eso sí, al contrario que Esquerra Republicana de Cataluña, que son progresistas y de izquierdas, pero a ambos partidos ésta es la ideología que les une, amén de otras comparsas políticas que participan del organigrama parlamentario de la citada Región.
La encrucijada para la minoría catalana viene con la aparición de una monarquía, que a pesar de su crisis, se sostiene. También de una crisis económica, que por muy devastadora que sea para la sociedad, no hace peligrar, en ningún momento, el orden constitucional que España en su conjunto ha mantenido desde la transición democrática. Y dadas estas circunstancias con las que posiblemente estas entes minoritarias no contaban… Deben actuar, no de forma pasiva y dejar que los frutos caigan por sí solos del árbol; tal y como pensaron en un principio, sino que hay que subirse al sufrido vejetal y coger la fruta de sus fuertes ramas. Aprovechando la crisis existente en todo el ámbito nacional estos políticos convocan un referendum, escudado en un falso victimismo y en una inculpación infundada contra todo lo español. Un referendum que ellos saben que no se puede celebrar, porque esa encuesta es muy fácil de hacer, solamente hay que fundar un partido en Cataluña que lleve en su programa dicha independencia y que éste sea el más votado, pero antes de hacer eso, hay que convocar la jugada: El referendum que los españoles no les dejamos hacer. "El colmo de los colmos"… "Los españoles no dejamos que los catalanes no puedan decidir democráticamente sobre su futuro político", y ese es precisamente el acicate, la jugada, el falso referendum, que a Mas no le importa, ni al resto de sus acólitos. A ellos lo que les importa es el eslogan que les haga ver con claridad al pueblo catalán que están siendo sometidos por un país, otro país, que ya no es el suyo y que se llama España.
Cuando no se celebre el Referendum de forma oficial el próximo día 9 de Noviembre, la mayoría de los catalanes se sentirán humillados, sean de la ideología que sean, hayan creído en la unidad de España o no, pero ahora ya tienen un nuevo concepto claro: el de país, un país diferente por el que hay que luchar. Entonces, a partir de noviembre, los partidos catalanistas pondrán es sus programas electorales dicha independencia sobre la mesa (que ese ha sido siempre su objetivo) y ganarán por una amplia mayoría en las elecciones. Bajarán la bandera de España y pondrán la catalana… Creo que cuando eso ocurra, en España podrá pasar cualquier cosa… esperemos que no sea nada malo.
