Conocí a este señor, siendo yo un niño, Era buen amigo de mi hermano Vicente y solía ir a casa, en la cual siempre era bien recibido, ya que mi padre, le tenia gran estima, por considerarlo un muchacho educado, noble y sobre todo, respetuoso y agradable en el trato. Aun conservo varias fotografías de los dos.
Mi hermano y el, en el futbol, en los toros, y una en especial, paseando por la playa en pleno varano, vestidos con aquellas chaquetas color hueso que estaban de moda, dando a la ciudad un aspecto diferente al de hoy, ya que la juventud, cada cual en sus posibilidades, solía cuidar siempre su presencia y sus modales. Eran otros tiempos. Otros tiempos en los cuales, predominaba otro concepto de sociedad. Otro concepto que ha sabido mantener, como bien lo demuestra, MANUEL MARTINEZ, en su comportamiento con los demás. Comportamiento, donde la convivencia siempre fue para él, una responsabilidad más que un derecho.
Persona, relacionada casi siempre, con los medios oficiales, por sus conocimientos de idiomas, necesarios en las traducciones relacionadas con estos territorios marroquíes y españoles, en los cuales, supo dejar una imagen sencilla, pero siempre fortalecida por su profesionalidad y honradez. Lo cual, ha quedado patente, en la cariñosa acogida que tuvo, en la presentación de su libro:"RETAZOS—ATRAF", que el pasado día 21,tuvo lugar en la Sala de Conferencias del Club Marítimo, de esta Ciudad. MANUEL MARTINEZ, mar; que una "conferencia al uso", hizo de sus palabras, una narrativa sencilla y sentida, ganando la simpatía, incluso la emoción, del amplio auditorium que le acompañaba en la amena exposición, de la que ha sido, su amplia trayectoria profesional entre estos dos pueblos. No solo describiéndolos en sus facetas mas peculiares y representativas, sino también hermanándolos con razones nacidas de los sentimientos y el amor hacia ellos Dejando entrever, que a pesar de ser una persona, ampliamente cualificada en varios idiomas, como son: español, francés, árabe, chelja,…considera y valora ejercitándolo, que el mejor idioma que la persona puede tener, no es otro que el de la educación, e1 trato y el respeto a los demás.
Muchas veces me he preguntado, si este señor, con sus conocimientos y amplio sentido humano y social en exponerlos, no hubiese sido un componente clave en la política local, no solo para el entendimiento de una, gran parte de la ciudadanía de Melilla, sino también, en la enseñanza de aquellos, que en la mayoría de las veces, por sus comportamientos, no solo piden corrección sino mas bien comprensión, ayuda y sobre todo dignidad y entusiasmo por defenderla. Y creo, que él se los hubiese podido dar.
MANUEL MARTINEZ MARTIN. Un buen amigo de mi hermano mayor y del cual, me siento muy honrado en serlo.
