La Guardia Civil rescató ayer en el puerto de Melilla a siete menores extranjeros no acompañados que pretendían llegar a Europa escondidos en una batea destinada al transporte de chatarra. Dos de los menores estaban atrapados y con síntomas de asfixia, por lo que tuvieron que ser auxiliados por los Bomberos y reanimados por los servicios sanitarios en el mismo muelle. En lo que va de año, la Guardia Civil ha frenado a casi 7.000 magrebíes en su intento de llegar a Europa como polizones, casi la mitad menores de edad. En una nota de prensa, la Delegación del Gobierno informó ayer de que los hechos ocurrieron sobre las 11.15 horas, cuando los menores fueron detectados en el control rutinario que realiza la Guardia Civil de los contenedores y bateas preparados para embarcar en los buques de carga.
La operación, que suele realizarse a diario, busca detectar potenciales polizones como los siete menores, todos ellos de origen magrebí, que fueron auxiliados ayer por la mañana.
Cinco de ellos salieron por sí solos y presentaban buen estado físico, pero otros dos, en cambio, habían quedado atrapados entre la chatarra y para sacarlos de la batea hubo que llamar a los Bomberos que, con las herramientas adecuadas, consiguieron liberarlos.
Los dos menores presentaban síntomas de asfixia, por lo que tuvieron que ser reanimados por los servicios sanitarios desplazados hasta el muelle comercial a petición de la Guardia Civil.
De estos dos menores, uno fue trasladado al Hospital Comarcal porque presentaba una lesión no grave en la rodilla, por lo que se le ha hecho la correspondiente radiografía y está pendiente de evaluación específica.
Fuentes de los Bomberos explicaron que en esta actuación movilizaron a ocho funcionarios, dos de ellos mandos, que fueron requeridos porque había “personas atrapadas en la zona de depósito de mercancías del puerto comercial”. Una vez en el lugar, comprobaron que se trataba de un semirremolque con restos de motores, chasis, coches prensados, chatarra, etc. Finalmente se quedaron dos bomberos, que fueron relevándose con el resto del personal de servicio para este rescate.
El rescate de ayer se complicó aún más porque los menores auxiliados sostenían que había un octavo escondido, motivo por el que los bomberos procedieron a rastrear todas las bateas con chatarra hasta descartar por completo que efectivamente hubiese alguien más atrapado.
Otro frente diario
La Delegación del Gobierno destacó que actuaciones como ésta, protagonizadas en las inmediaciones del puerto comercial por menores extranjeros no acompañados, principalmente de origen marroquí, suponen “otro frente de actuación diario para la Guardia Civil” en su lucha contra la inmigración irregular.
En su mayoría se trata de adolescentes que suelen escaparse de los centros dependientes de la Ciudad Autónoma donde se encuentran acogidos, con el fin de alcanzar la península escondidos como polizones en contenedores y bateas dedicadas al transporte de mercancías.
Este es el caso de los siete que fueron rescatados ayer y que “afortunadamente, han podido ser detectados y auxiliados a tiempo por los agentes de la Benemérita, dado el estado de semi asfixia que presentaban dos de ellos”, informó la Delegación del Gobierno.
Asimismo, recordó que en otras ocasiones, la Guardia Civil ha rescatado a menores de bateas con cemento u otros contenidos altamente tóxicos o peligrosos, como es también el caso de la chatarra entre la que buscaron camuflarse los siete rescatados ayer.
En lo que va de año, la Guardia Civil ha detectado o rescatado a 6.746 inmigrantes magrebíes en las escolleras del puerto, muelle comercial e interior de bateas con intención de llegar a Europa como polizones, de los cuales 3.327 son menores de edad y 3.419 adultos.
