La comunidad cristiana de Melilla vive ya con ilusión los primeros días de la Navidad. La Luz de Belén llegó a muchos hogares de nuestra ciudad después de recorrer media Europa y llegar a África en el barco de Trasmediterránea. Una alegre procesión desde la Iglesia Castrense la trasladó hasta la del Sagrado Corazón, que estaba abarrotada de decenas de melillenses que no quisieron perderse una emotiva misa oficiada por el obispo de Málaga, Jesús Catalá. Durante unos minutos, las luces del templo fueron apagadas para dar mayor protagonismo a las velas que uno por uno fueron encendiendo los asistentes, muchos de ellos niños y jóvenes dispuestos a seguir una tradición que lleva ya algunos años implantada en muchos lugares del mundo.
La campaña de "La Luz de la Paz de Belén" fue organizada por primera vez en el año 1986 en Linz, en Austria, por el movimiento de scout católico como parte de un completo programa actividades navideñas de caridad a favor de los niños discapacitados y de las personas necesitadas. Desde entonces, la iniciativa se ha extendido por el mundo. Cada año se enciende una vela con la llama de la luminaria situada en la Basílica de la Natividad en Israel, junto al lugar en el que se supone dio a luz la Virgen María. La luz viaja desde Tel-Aviv, la capital israelí, a Holanda y de allí al resto de Europa. Este año la llama ha llegado a Málaga de manos de los scouts católicos y de allí a Melilla.
Como colofón, todos los feligreses se reunieron, quinqués en mano, en la Plaza de Menéndez Pelayo para entonar villancicos. Algunos incluso se arrancaron a bailarlos.
