El Gobierno local ve en el Convenio de Readmisión firmado entre España y Marruecos en 1992, y ratificado en 2012, una solución para el problema de los menores extranjeros no acompañados que llegan a Melilla de forma clandestina con la intención de colarse en el barco para llegar a Europa como polizones. Por eso, el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, aprovechó la Convención Nacional del PP celebrada el pasado fin de semana para plantear esta petición al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. Imbroda explicó ayer que en su conversación con el ministro, con el que coincidió en una ponencia el sábado por la tarde, le transmitió la preocupación del Gobierno melillense con este problema de los menores extranjeros no acompañados, dada la imposibilidad de la Ciudad Autónoma de tenerlos controlados cuando salen del centro de acogida y el riesgo que asumen escondiéndose en camiones y bateas para llegar al interior del barco. Además, son muchos menores en los últimos tiempos, tal y como ya apuntó la semana pasada la consejera de Bienestar Social.
“Estamos desbordados”, afirmó el presidente Imbroda en rueda de prensa, en la que abogó por el retorno de esos menores a su entorno familiar porque “es donde mejor se desarrolla su vida”. Por eso la Ciudad Autónoma quiere que se active ese Convenio de Readmisión hispano-marroquí, una medida sobre la que Imbroda mostró su convencimiento que no gustará “a alguna ONG”.
“Ahora saldrán diciendo que mejor que se queden. Que digan lo que quieran, yo intentaré defender los intereses de Melilla en este aspecto”, dijo Imbroda, que anunció la posibilidad de que este mismo mes se desplace a la ciudad García-Margallo.
Reformas en el espaldón
Mientras tanto, los menores siguen campando por las escolleras en su intento de entrar en el recinto portuario. MELILLA HOY pudo comprobar ayer por la mañana que se estaba reformando la puerta del espaldón del puerto, por donde se cuelan siempre estos jóvenes inmigrantes. Sin embargo, muchos aprovechan su flexibilidad y pequeñas dimensiones para sortear las rejas, como hizo ayer mismo uno de apenas seis o siete años delante de nuestro objetivo.
